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Por Max Koonce, Jefe de Reclamaciones

El panorama de la indemnización por accidentes de trabajo sigue evolucionando, moldeado por los cambios demográficos, los retos de la salud mental, los avances jurídicos y las preocupaciones por el acceso a la asistencia sanitaria. En la conferencia de 2025 del National Council of Self-Insurers (NCSI), hablé con un grupo de expertos, entre los que se encontraban abogados y profesionales de la indemnización por accidentes de trabajo, para analizar cuatro cuestiones urgentes que están influyendo en la forma de prevenir, gestionar y resolver las lesiones. Sus puntos de vista ofrecen una hoja de ruta a empresarios, gestores de riesgos y profesionales de siniestros para adelantarse a las tendencias emergentes con estrategias basadas en datos y centradas en el empleado.

1. El envejecimiento de la población activa: aumento de las demandas y nuevos enfoques

Uno de los cambios más significativos en la mano de obra actual es el creciente número de empleados mayores. Los datos de Sedgwick muestran que, en 2024, el mayor incremento interanual de las reclamaciones de indemnización por accidentes de trabajo correspondió a los empleados de 60 años o más, con un aumento del 2,8% respecto a 2023. Este grupo también tuvo el mayor número de días de incapacidad total temporal (TTD) -nueve días por encima de la media- y un aumento del 35% en los costes medios de los servicios médicos.

Estas tendencias coinciden con proyecciones demográficas más amplias. La Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. prevé un aumento del 22,4% de los trabajadores de 65 a 74 años y del 79% de los mayores de 75 años para 2033. Es cada vez más importante que los empresarios adapten cuidadosamente sus programas de seguridad y formación para satisfacer las necesidades de esta mano de obra que envejece. Como señalé en la mesa redonda, las empresas deben ir al encuentro de los trabajadores allí donde se encuentren. Esto implica métodos de formación adaptados, como la instrucción individualizada, las simulaciones de realidad virtual y el uso de tecnologías de asistencia para reducir el esfuerzo físico.

Las consideraciones jurídicas también son una parte importante de la ecuación. Los trabajadores de más edad pueden tener reclamaciones más complejas en relación con los subsidios de Medicare (MSA), las prestaciones relacionadas con la jubilación y los riesgos de litigio. Los empleadores deben adoptar un enfoque proactivo e informado a través de su administrador para garantizar que se contratan los recursos adecuados en el momento oportuno, dando prioridad a la gestión médica y de la discapacidad para garantizar los mejores resultados posibles.  

2. Salud mental: ampliación de la cobertura e intervención precoz

La salud mental sigue siendo uno de los problemas más acuciantes y complejos de la indemnización de los trabajadores. Aunque actualmente sólo el 2% de los siniestros tienen un componente de salud mental, estos siniestros cuestan 3,5 veces más y duran 3,6 veces más que los que no lo tienen. Por lo tanto, la intervención temprana es clave. Los datos de Sedgwick muestran que la intervención de especialistas en salud mental en los primeros 90 días de un siniestro puede reducir los días de baja por enfermedad profesional en un 40% en comparación con el tratamiento iniciado entre 90 y 180 días, y en un 70% en comparación con el tratamiento después de 180 días.

Las empresas promueven cada vez más los programas de asistencia a los empleados (PAE) y los servicios virtuales de salud mental para ayudar a sus trabajadores. Una comunicación clara y coherente, así como recordatorios periódicos y actividades de divulgación, ayudan a garantizar que los empleados se comprometan y conozcan sus recursos. Los problemas de salud mental suelen comenzar en el entorno no laboral y pasar al lugar de trabajo, por lo que abordar estos problemas en una fase temprana puede evitar complicaciones más graves en el futuro.

Las tendencias jurídicas también están cambiando. Varios estados están ampliando la cobertura de la indemnización de los trabajadores por enfermedades mentales, en particular para los primeros intervinientes. En el horizonte se vislumbra una mayor inclusión de todos los empleados, y las empresas deben estar preparadas para afrontar estos cambios.

3. Recurso exclusivo: desafíos jurídicos e implicaciones de riesgo

El principio de la indemnización de los trabajadores como recurso exclusivo se enfrenta a un escrutinio cada vez mayor. Recientes casos judiciales en California, Kentucky, Mississippi y Nebraska han puesto a prueba los límites de esta protección legal. Aunque ningún estado ha anulado la disposición de exclusividad, cada vez hay más interés en impugnarla.

La inflación social y los veredictos nucleares impulsan esta tendencia. Los trabajadores lesionados y sus abogados buscan formas de evitar la indemnización por accidente laboral y acudir a la vía civil, donde los posibles pagos son mucho más elevados. Los empresarios deben revisar atentamente su cobertura de seguros y sus pólizas legales para asegurarse de que están protegidos.

El entorno jurídico ajeno a la compensación de los trabajadores es más abierto e impredecible, lo que crea un entorno de riesgo en el que incluso las protecciones bien establecidas pueden ponerse a prueba. Los empresarios deben colaborar estrechamente con sus asesores jurídicos para seguir la evolución de la situación y prepararse para posibles desafíos.

4. Acceso al tratamiento médico: escasez de personal y resistencia del sistema

El acceso a la atención médica sigue siendo un problema crítico en la compensación de los trabajadores. La Asociación de Facultades de Medicina de EE.UU. prevé una escasez de hasta 86.000 médicos para 2036, debido a las jubilaciones, el aumento de la demanda y el crecimiento limitado de los programas de residencia. Mientras que el número de enfermeras tituladas ha aumentado, la oferta de enfermeras prácticas tituladas y enfermeras matronas ha disminuido, sobre todo en las zonas rurales y desatendidas.

A pesar de estos retos, los datos de Sedgwick muestran que los plazos de tratamiento aún no se han visto afectados. Los intervalos entre la lesión y la atención siguen siendo coherentes con las tendencias históricas. Sin embargo, es esencial un seguimiento continuo para garantizar que esto siga siendo así.

Para hacer frente a la posible escasez, los organismos reguladores están ampliando la definición de proveedores para incluir a fisioterapeutas, enfermeros profesionales y otros profesionales cualificados, así como ajustando los baremos de honorarios para atraer proveedores al sistema de compensación de los trabajadores. Los empleadores desempeñan un papel vital en el apoyo a estos esfuerzos mediante la optimización de sus redes de proveedores y la planificación de las diferencias jurisdiccionales en el acceso a la atención.

Conclusión

El panorama de la indemnización por accidentes de trabajo en 2025 está marcado por los cambios demográficos, la evolución de las necesidades de salud mental, los retos jurídicos y los problemas de acceso a la asistencia sanitaria. Como se destacó en la mesa redonda de la NCSI, las estrategias proactivas son esenciales para afrontar estos cambios con eficacia.

Para navegar por este panorama cambiante, las empresas, los gestores de riesgos y los profesionales de siniestros deben adoptar enfoques basados en datos, dar prioridad al bienestar de los empleados y mantenerse informados sobre las novedades legales y normativas. De este modo, podrán crear programas resistentes que apoyen a los trabajadores lesionados, gestionen los costes y garanticen el cumplimiento en un entorno cada vez más complejo.