La cultura del lugar de trabajo ha evolucionado más allá de que el valor de los empleados resida únicamente en la productividad; su ser integral y su bienestar también importan. Un equilibrio sostenible entre la vida laboral y personal es fundamental para salvaguardar el bienestar y mejorar el rendimiento de los trabajadores. Ahora más que nunca, los empresarios tienen la responsabilidad de fomentar el bienestar de los empleados para que puedan tener éxito en su trabajo, y deben tomar medidas intencionadas para conseguirlo.
Para que los empleados den lo mejor de sí mismos en el trabajo, permanezcan en sus puestos y se mantengan sanos, deben tener un equilibrio y poder disfrutar de la vida fuera del lugar de trabajo. Un metaanálisis del International Journal of Environmental Research and Public Health ha sugerido una influencia positiva del equilibrio entre trabajo y vida privada en el rendimiento organizativo, la motivación profesional, la asistencia, la contratación y la retención de empleados. Además, reduce resultados como el malestar psicológico, el agotamiento emocional, la ansiedad y la depresión.
Una inversión necesaria
Nos guste o no, los problemas de salud mental desempeñan un papel en el lugar de trabajo y pueden derivarse de experiencias relacionadas con el trabajo o empeorar a causa de ellas. Más de una quinta parte de los adultos estadounidenses, unos 58 millones de personas, viven con una enfermedad mental diagnosticada, y sólo la mitad de esa población recibe servicios de salud mental (Instituto Nacional de Salud Mental). Para los empresarios, ofrecer apoyo en salud mental ha dejado de ser una prima reluciente. Los empleados están exasperados por una crisis sanitaria mundial y este apoyo se ha convertido en un imperativo empresarial en todos los niveles de la organización.
Si bien la prevalencia de los problemas de salud mental está aumentando en todo el país, también lo está haciendo la tasa de abandono de los empleados; más empleados que nunca están abandonando sus puestos de trabajo por razones de salud mental, incluidas las cargas de trabajo insostenibles (Harvard Business Review). Si bien las tasas de deserción de los millennials y la Generación Z ya eran altas en 2019 -con un 34% de los encuestados en general- en solo dos años, para 2021, esa tasa había aumentado a un asombroso 50%, según un informe de salud mental de Mind Share Partners.
En respuesta, los empleadores están invirtiendo más en el apoyo a la salud mental de los empleados, desde la formación en salud mental hasta más días libres remunerados por salud mental. Debido al aumento de la capacitación y el debate sobre salud mental, en 2021, el 47% de los empleados informaron que su gerente podía apoyarlos si tenían una condición o síntoma de salud mental (en comparación con el 39% en 2019), según el informe antes mencionado. Además, los empleados están utilizando adaptaciones en mayor medida, incluyendo tiempo para citas de terapia y descansos extendidos o más frecuentes a lo largo de la jornada laboral.
Compromiso con la flexibilidad
Después de que muchos empleados experimentaran el trabajo a distancia por primera vez durante la pandemia, un ajuste de cuentas colectivo cambió para siempre nuestra forma de trabajar. La gente quiere más autonomía y poder para elegir cuándo y cómo trabajar mejor. Para promover un equilibrio sostenible entre la vida laboral y la personal, los empleadores deben proporcionar acuerdos flexibles y establecer límites en torno a la comunicación y la urgencia.
El trabajo a distancia (o híbrido, que significa trabajar desde casa algunos días) es cada vez más codiciado por los empleados, y se ha demostrado que es bueno tanto para los trabajadores como para las empresas. Por ejemplo, los trabajadores con horarios flexibles trabajaban más horas, pero conseguían más y estaban más contentos con el trabajo, según un estudio prepandémico realizado durante un periodo de nueve meses (Forbes). Los estudios demuestran que también aumenta la productividad y la satisfacción laboral.
Estos cambios proporcionan a los trabajadores más libertad para estar presentes en la vida de sus familias, dar prioridad a sus aficiones personales, hacer ejercicio y ocuparse de lo que más les importa. Una encuesta de McKinsey de 2022 explica hasta qué punto los trabajadores estadounidenses están adoptando el trabajo a distancia. De todos los ocupados en Estados Unidos, el 58% afirma que puede trabajar a distancia al menos parte del tiempo. No solo es habitual, sino que los resultados muestran que la mayoría de los trabajadores -el 87 % de los encuestados- querría trabajar a distancia gran parte de la semana si pudiera elegir.
Lo ideal sería que los modelos de trabajo flexible fueran una asociación mutua entre empresarios y empleados que permitiera a ambos disfrutar de múltiples ventajas y rendir al máximo.
Este contenido fue publicado originalmente por la Disability Management Employer Coalition (DMEC) como parte de la columna Absence Matters.
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