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Por Dave Arick, ARM, Director General de Gestión Global de Riesgos

Comprender el riesgo en un mundo en rápida evolución

En el volátil entorno mundial actual, el concepto de riesgo se ha ampliado mucho más allá de las preocupaciones financieras tradicionales. Ahora abarca una amplia gama de retos, como la inestabilidad geopolítica, el cambio climático, los trastornos tecnológicos y las crisis de salud pública. A medida que estos riesgos evolucionan, también deben hacerlo las estrategias utilizadas para gestionarlos.

Este artículo analiza cómo ha cambiado la percepción del riesgo a lo largo del tiempo, a partir de los datos del Informe sobre Riesgos Mundiales 2025 del Foro Económico Mundial. También examina la creciente tensión entre hacer frente a las amenazas inmediatas y prepararse para los retos a largo plazo. En la Parte I de esta serie, trazamos la evolución de las principales preocupaciones en materia de riesgos y destacamos por qué equilibrar las perspectivas a corto y largo plazo es ahora una responsabilidad crítica para los profesionales del riesgo de todos los sectores. También presentamos los puntos de vista de Dave Arick, Director General de Gestión Global de Riesgos de Sedgwick, que aporta una perspectiva práctica y estratégica a este complejo tema.

Perspectivas del informe sobre riesgos mundiales 2025

El Informe sobre Riesgos Mundiales 2025 del Foro Económico Mundial ofrece una instantánea de cómo los líderes mundiales y los profesionales del riesgo perciben las amenazas más acuciantes a las que se enfrenta el mundo. En los años posteriores a la crisis financiera de 2008, las preocupaciones económicas dominaron la lista. Cuestiones como la volatilidad de los mercados, el desempleo y las crisis fiscales ocupaban los primeros puestos. Sin embargo, el informe de 2025 revela un cambio significativo. Hoy, los riesgos más citados son la inestabilidad geopolítica, las catástrofes relacionadas con el clima y el rápido avance de las tecnologías emergentes.

Este cambio refleja una comprensión más amplia de que el riesgo ya no se limita a los balances o a los consejos de administración. Ahora está profundamente entrelazado con los sistemas globales, las expectativas sociales y la innovación tecnológica. El informe también subraya la importancia de la resistencia y la adaptabilidad, instando a las organizaciones a prepararse para un futuro cada vez más incierto e interconectado.

El cambiante panorama del riesgo

Según Arick, la percepción del riesgo está muy influida por la actualidad. Cuando las catástrofes naturales o los conflictos geopolíticos dominan los titulares, esas cuestiones tienden a ocupar un lugar prioritario en la agenda de riesgos. Sin embargo, advierte que esta mentalidad reactiva puede distraer de la necesidad de una planificación a largo plazo.

"Si echamos la vista atrás 15 años, las principales preocupaciones eran económicas", explica Arick. "Al salir de la crisis financiera, todo el mundo se centraba en la recuperación y la estabilidad. Pero a medida que esas cuestiones se desvanecían, otros riesgos empezaron a ocupar su lugar."

Hoy en día, el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos están en primer plano. Dependiendo de la huella geográfica de una empresa, los riesgos pueden incluir huracanes, incendios forestales o inundaciones. Estos fenómenos requieren planes de respuesta inmediata, pero también apuntan a la necesidad de estrategias a largo plazo que aborden las causas profundas y las implicaciones futuras del cambio climático.

La tecnología es otro ámbito en el que el panorama de los riesgos ha evolucionado espectacularmente. La inteligencia artificial, antes considerada una posibilidad lejana, es ahora una preocupación central. Arick señala que las empresas que no tuvieron en cuenta las implicaciones de la IA durante su desarrollo inicial están ahora tratando de ponerse al día. "En algún momento, los riesgos a largo plazo dejan de serlo. Se convierten en inmediatos. Por eso es tan importante alinear las prioridades de riesgo con la planificación estratégica."

El reto de equilibrar los riesgos a corto y largo plazo

Una de las tareas más difíciles para los profesionales del riesgo es equilibrar la necesidad de responder a las amenazas inmediatas y al mismo tiempo prepararse para los retos a largo plazo. Arick subraya que, aunque los gestores de riesgos no pueden evitar los conflictos geopolíticos o las catástrofes naturales, sí pueden prepararse para sus posibles repercusiones.

Por ejemplo, Sedgwick ha desarrollado redes de proveedores y protocolos de seguridad para apoyar a los empleados que deben viajar a regiones de alto riesgo. "Tenemos colegas que tienen que estar en lugares como Israel u otras zonas que sufren disturbios. Nuestro trabajo es asegurarnos de que puedan hacerlo con seguridad, sin dejar de satisfacer las necesidades de los clientes", dice Arick.

Este enfoque requiere agilidad y previsión. Significa disponer de planes de contingencia, crear sólidas redes de comunicación y mantener relaciones con socios que puedan prestar apoyo cuando sea necesario. También significa pensar más allá de la crisis inmediata para considerar cómo los acontecimientos de hoy pueden configurar los riesgos de mañana.

Navegar por el cambiante terreno del riesgo

A medida que el panorama mundial de los riesgos sigue evolucionando, se pide a los gestores de riesgos que desempeñen un doble papel. Deben ser tanto vigilantes que respondan a las amenazas actuales como líderes estratégicos que se anticipen a las perturbaciones futuras. Las conclusiones del Informe sobre riesgos mundiales 2025 refuerzan la urgencia de esta doble responsabilidad.

Sin embargo, reconocer los riesgos es sólo el principio. El verdadero reto consiste en alinear las prioridades de riesgo con los objetivos de la organización, anticipar futuras perturbaciones e integrar el pensamiento de riesgo en el proceso de toma de decisiones. Arick cree que, para ser eficaces, los profesionales del riesgo deben mantenerse estrechamente conectados con la dirección ejecutiva.

"Encuestas como el Informe sobre Riesgos Mundiales son útiles, pero no siempre reflejan lo que piensan los directivos", afirma. "Si no se mantienen esas conversaciones, se está a oscuras. Los gestores de riesgos deben formar parte del diálogo estratégico."

De cara al futuro

En la Parte II de esta serie, exploraremos cómo Sedgwick está poniendo en práctica esta filosofía. Bajo la dirección de Dave Arick y su equipo, la empresa está ampliando el papel de la gestión de riesgos. Desde las estrategias globales de seguros hasta los protocolos de viajes seguros y la evolución de la IA, el enfoque de Sedgwick demuestra cómo una estrategia de riesgos proactiva e integrada puede proteger a las personas, respaldar las operaciones y ofrecer un valor cuantificable a los clientes.

A medida que la naturaleza del riesgo sigue evolucionando, también debe hacerlo el papel del gestor de riesgos. Al mantenerse conectados con las prioridades ejecutivas, alinearse con la estrategia a largo plazo y cuantificar el impacto, los profesionales del riesgo pueden ayudar a dar forma a una organización más resistente y con visión de futuro.

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