previsión 2025
Planificar con antelación

Navegar por lo inesperado
El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso en medio de la inestabilidad global, los riesgos nuevos y emergentes y las catástrofes climáticas que siguen aumentando en frecuencia e intensidad. En 2025, las empresas deberán ser más expertas a la hora de sortear estos imprevistos, planificar la continuidad de sus operaciones y apoyar tanto a sus empleados como a sus clientes en las tareas de recuperación.
Aunque no podemos prever todas las perturbaciones o acontecimientos posibles, la clave está en la preparación. Elaborar, actualizar y poner a prueba los planes es importante, como también lo es asegurarse de que las partes interesadas estén informadas y preparadas para ejecutarlos si algo sale mal.
David Arick
Director General de Gestión Global de Riesgos
Los preparativos deben incluir:
- Pruebas de estrés de las cadenas de suministro para minimizar posibles trastornos.
- Revisión de los controles de calidad en la fabricación para evitar problemas de calidad que podrían causar responsabilidad por los productos, retiradas y daños a la reputación.
- Realización de pruebas sobre el terreno de los planes de continuidad de la actividad y de recuperación de TI en caso de catástrofe para mantener los planes actualizados, pertinentes y aplicables cuando sea necesario.
- Revisar cómo se identifican y discuten los riesgos de la empresa a nivel ejecutivo, con vistas a mejorar la concienciación sobre los riesgos a medida que se actualiza la estrategia de la empresa.
El éxito o el fracaso de las empresas en 2025 dependerá de lo bien y rápido que puedan adaptarse para sortear lo inesperado en este cambiante panorama mundial.

Distribución y tarifas de la cadena de suministro
La pandemia de COVID-19 provocó importantes cambios en la cadena de suministro mundial. Con el cierre de fábricas en toda China y el aumento vertiginoso del coste de los materiales, las mercancías y el transporte en general, las empresas se vieron obligadas a adaptarse y encontrar soluciones para mantener unos costes razonables.
Desde entonces, la cadena de suministro mundial sigue experimentando cambios sustanciales, desde la guerra en Oriente Medio que afecta al transporte marítimo a través del Mar Rojo y el Canal de Suez y la guerra en Ucrania hasta las huelgas portuarias en Estados Unidos, entre otros. Mientras tanto, el presidente electo Donald Trump ha prometido imponer aranceles a los bienes producidos fuera de Estados Unidos para tratar de estimular un auge de la fabricación en todo el país. Esto, a su vez, probablemente causará un efecto de goteo en el que las empresas trasladarán el coste a los consumidores para recuperar los ingresos perdidos. Por último, la introducción de la inteligencia artificial y la tecnología emergente en la cadena de suministro tiene el potencial de impulsar nuevas eficiencias, al tiempo que introduce nuevos y complicados riesgos que las empresas deben estar preparadas para afrontar.
Acercar la producción a países como México y Canadá, que forman parte de un acuerdo de libre comercio con EE.UU., puede ayudar a mitigar algunos costes derivados de los aranceles inminentes. Por este motivo, cabe esperar que los directivos de las empresas estadounidenses centren sus esfuerzos en estos países. Implementar tecnología para crear eficiencias y reducir los costes operativos son otras formas de minimizar los gastos creados por los aranceles.

Ciberataques
A lo largo de los años, los ciberataques han aumentado tanto en frecuencia como en sofisticación y se cuentan entre las mayores amenazas para las empresas en la actualidad.
Las tecnologías avanzadas como la IA y el aprendizaje automático seguirán desempeñando un papel importante en la mitigación de los ciberataques al aprender a detectar y responder a las amenazas en tiempo real. La gobernanza responsable de estas inversiones requerirá que las empresas desarrollen políticas, marcos de cumplimiento y otras prácticas que ayuden a garantizar la supervisión adecuada de estos proyectos. Además, la inversión en la formación de los empleados será igual de importante. Las empresas deben seguir aumentando su gasto en formación y educación de los empleados sobre las ciberamenazas emergentes que proceden tanto de fuentes internas como externas.
El desarrollo de equipos de respuesta rápida para comunicarse con los reguladores, las partes interesadas, los clientes y los empleados internos será fundamental para la continuidad del negocio en 2025. Las empresas deben invertir en la creación de un plan proactivo de comunicación de crisis para empezar a remediar la situación de inmediato con honestidad y transparencia, lo que a su vez ayudará a mantener la confianza de los consumidores, proteger la reputación de la marca y controlar la narrativa.

Interrupción de la actividad
En 2024 se produjo una de las mayores interrupciones de la actividad empresarial de las últimas décadas con la caída de CrowdStrike. Empresas de todo el mundo sufrieron la caída de sus sistemas después de que una actualización de software defectuosa provocara el mal funcionamiento de Windows y, en última instancia, su bloqueo. Según algunas estimaciones, costó al mercado de los ciberseguros 1.500 millones de dólares.
El ataque no era malicioso, pero no por ello menos preocupante. Una de las claves de la continuidad empresarial en 2025 va a ser la diversificación de proveedores dentro de la infraestructura de TI. Las empresas en 2025 darán prioridad a la diversificación para mitigar el riesgo en caso de otra interrupción y deben saber lo que está incluido en sus pólizas de seguro de interrupción de negocio, propiedad y ciberseguro para entender su cobertura y dónde puede ser necesaria.
Otra causa importante de interrupción de la actividad empresarial en 2025 serán los disturbios civiles. Un gran número de personas de todo el mundo están descontentas con el aumento del coste de la vida y la inflación, la falta de acceso a una asistencia sanitaria asequible, las cuestiones políticas/religiosas, etc. En algunos casos, esto da lugar a protestas públicas, disturbios, actividades laborales como huelgas e incluso un aumento del absentismo. En algunos casos, esto se traduce en protestas públicas, disturbios, actividad laboral como huelgas e incluso aumento del absentismo. Estos acontecimientos interrumpen el funcionamiento normal de las empresas, especialmente cuando no se han programado o anunciado con antelación. Las empresas deben estar preparadas para hacer frente a las interrupciones asegurándose de que su plan de continuidad de la actividad se actualiza continuamente, de que existen planes de comunicación y de que las pólizas de seguros están al día en caso de daños materiales.
