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By Matt Walker, Director of Business Development

El 13 de febrero de 2025, el presidente Trump emitió una orden ejecutiva por la que se creaba la Comisión Presidencial "Make America Healthy Again" (MAHA). La Comisión evaluará la comprensión actual en torno a las enfermedades crónicas en Estados Unidos y tomará medidas para reducir las tasas de enfermedades crónicas, especialmente en los niños.

La orden ejecutiva señala la necesidad de adoptar "nuevas ideas" sobre temas que abarcan múltiples sectores, como la nutrición, la actividad física, los estilos de vida saludables, la excesiva dependencia de medicamentos y tratamientos, los efectos de los nuevos hábitos tecnológicos, las repercusiones medioambientales y la calidad y seguridad de alimentos y medicamentos.

La Comisión estará presidida por el recientemente confirmado Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., y Vince Haley, Asistente del Presidente para Política Interior, actuará como Director Ejecutivo. También formarán parte del grupo el Secretario de Agricultura, el Administrador de la Agencia de Protección del Medio Ambiente, el Comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos, el Director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades y el Director de los Institutos Nacionales de Salud, entre otros.

Objetivos políticos de la Comisión

Según la orden ejecutiva por la que se establece, "será política del Gobierno Federal combatir enérgicamente los retos sanitarios críticos a los que se enfrentan nuestros ciudadanos, incluidas las crecientes tasas de trastornos mentales, obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas". Esta política central es el objetivo de la recién creada Comisión.

Algunas de las directrices de apoyo para lograr este objetivo son las siguientes:

  • Toda investigación sanitaria financiada con fondos federales debe ofrecer transparencia y datos de libre acceso, y debe evitar o eliminar los conflictos de intereses que sesgan los resultados y perpetúan la desconfianza;
  • La investigación sanitaria financiada por el gobierno federal debe dar prioridad a la investigación de vanguardia sobre las causas profundas de las enfermedades de los estadounidenses;
  • Las agencias trabajarán con los agricultores para garantizar que los alimentos de Estados Unidos sean sanos, abundantes y asequibles; y
  • Las agencias garantizarán la disponibilidad de opciones de tratamiento ampliadas y la flexibilidad para que la cobertura de los seguros sanitarios ofrezca prestaciones que apoyen cambios beneficiosos en el estilo de vida y la prevención de enfermedades.

A lo largo de la orden ejecutiva, se hace hincapié en abordar las enfermedades crónicas en los niños, y se señala que se calcula que 30 millones de niños en EE.UU. padecían al menos una enfermedad en 2022. La primera directiva de la Comisión es realizar un estudio sobre el alcance de las enfermedades crónicas infantiles y los posibles factores que contribuyen a ellas. En un plazo de 100 días, la Comisión debe presentar al presidente una evaluación titulada Make Our Children Healthy Again.

La Comisión debe considerar muchas áreas en la evaluación, incluyendo una comparación de las enfermedades crónicas infantiles en los EE.UU. con otros países y una evaluación de los riesgos potenciales utilizando datos rigurosos y transparentes. En concreto, las amenazas potenciales que suponen para los niños el uso excesivo de medicamentos, determinados ingredientes alimentarios, sustancias químicas y otras exposiciones. Otras áreas que deberían tenerse en cuenta en la evaluación son identificar e informar sobre las mejores prácticas para prevenir los problemas de salud infantil, y restaurar la integridad de la ciencia eliminando "la influencia indebida de la industria, divulgando los hallazgos y los datos subyacentes en la máxima medida permitida por la legislación aplicable, y aumentando el rigor metodológico".

De cara al futuro

Aunque la Comisión se encuentra actualmente en la fase de revisión y análisis, es probable que avance rápidamente hacia la fase de elaboración de normas. La Administración Trump ha identificado las regulaciones sanitarias como una prioridad, y esta orden ejecutiva es el primer paso en el proceso. Aunque los detalles específicos de las posibles reformas siguen sin estar claros, los miembros de las industrias de alimentos y bebidas y farmacéutica deben esperar cambios regulatorios en los próximos cuatro años.

Los expertos jurídicos de DLA Piper destacan varias posibles implicaciones para las empresas, como un mayor control de los ingredientes de los alimentos, cambios en la política de nutrición, como la revisión de las directrices dietéticas, y un mayor control del uso de medicamentos con receta para tratar enfermedades crónicas, diferencias cognitivas y trastornos mentales.

Los expertos también señalan que tanto la Cámara de Representantes como el Senado han establecido sus propios grupos de trabajo MAHA, que están alineados con la Administración Trump en los objetivos para reducir las tasas de enfermedades crónicas. Este esfuerzo coordinado significa que las empresas pueden enfrentarse a nuevos requisitos tanto de los reguladores como de los responsables políticos.

Las empresas deben seguir de cerca los avances de la Comisión y aprovechar las oportunidades de participar durante el proceso. Deben seguir de cerca la actividad en el Congreso, ya se trate de audiencias sobre cuestiones clave o de la introducción de nueva legislación. También seguirá siendo fundamental que las empresas evalúen periódicamente sus planes de retirada y comunicación para tener en cuenta los nuevos riesgos y garantizar la transparencia con los clientes.

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