12 de noviembre de 2025
El tratamiento médico de los accidentes de trabajo evoluciona rápidamente. A medida que surgen terapias y enfoques clínicos innovadores, encontramos nuevas formas de mejorar la recuperación y la reincorporación al trabajo de los trabajadores lesionados.
Por ejemplo, los agonistas del GLP-1. En los últimos años, estos medicamentos se han hecho muy populares y han contribuido al reciente descenso de las tasas de obesidad. Ahora, algunas empresas empiezan a cubrirlos en el marco de la compensación de los trabajadores, a medida que se hace más evidente la relación entre la pérdida de peso y una recuperación más rápida de las lesiones.
Los nuevos tratamientos requieren una evaluación exhaustiva y un examen minucioso para ser cubiertos. Además de garantizar la seguridad del paciente, los responsables de la toma de decisiones clínicas también deben sopesar otros factores del tratamiento, como la eficacia a largo plazo y el coste para el empleador.
Tratamientos emergentes y controvertidos en la compensación de los trabajadores
El rápido ritmo de la innovación médica hace que a menudo los nuevos tratamientos entren en el mercado antes de que se conozca plenamente su eficacia. Al mismo tiempo, nuevas investigaciones cuestionan el valor de algunos tratamientos antiguos o controvertidos.
En ambos casos, los empresarios deben proceder con cautela. He aquí algunas opciones de tratamiento emergentes y controvertidas, y lo que los empresarios deben saber sobre ellas en lo que respecta a la compensación de los trabajadores:
- LSD: MindMed ha puesto en marcha la fase tres de los ensayos con un único comprimido oral desintegrable de 100 mcg de LSD para el trastorno de ansiedad generalizada. Los primeros resultados son sorprendentes: A las 12 semanas, el 65% de los participantes mostró una respuesta positiva, y el 48% logró la remisión total de la ansiedad. Si se aprueba, la LSD podría convertirse en el primer fármaco psicodélico para esta indicación. Aunque la FDA acaba de concederle el estatus de fármaco innovador, sigue habiendo dudas sobre su seguridad a largo plazo, su integración en los programas de compensación a los trabajadores y cómo se gestionaría esta novedosa terapia en la práctica clínica.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): Este tratamiento consiste en extraer sangre, centrifugarla para aislar el plasma y las plaquetas e inyectarla en tendones y ligamentos. El PRP se utiliza habitualmente para tratar lesiones en deportes profesionales y puede ser eficaz para determinadas lesiones de tejidos blandos. Aunque el PRP está permitido fuera de indicación, no está aprobado por la FDA y puede costar hasta 1.000 dólares por inyección. Además, algunos proveedores utilizan las inyecciones de PRP más ampliamente de lo que la evidencia apoya, utilizándolas para condiciones en las que pueden no ser eficaces.
- Terapia con células madre: Este procedimiento consiste en extraer células de huesos largos o de la pelvis e inyectarlas en una parte concreta del cuerpo -como la espalda, la rodilla o el hombro- para ayudar a reparar el tejido dañado. La terapia con células madre suele comercializarse para pacientes que se pagan a sí mismos, como los deportistas o quienes buscan mejorar su rendimiento, y puede costar más de 10.000 dólares. A pesar de su popularidad, no hay pruebas clínicas que demuestren su eficacia para las lesiones musculoesqueléticas, por lo que no es apropiada para la cobertura de la compensación de los trabajadores.
- Péptidos (BPC-157 y TB500): Este tipo de péptidos son controvertidos, pero están ampliamente disponibles en Internet. Sus efectos se han estudiado a fondo en animales, sobre todo en caballos de carreras, y están prohibidos por el Comité Olímpico debido a la preocupación que suscita la mejora del rendimiento. Aunque los pacientes pueden solicitarlos para lesiones de tejidos blandos, los cirujanos ortopédicos suelen rechazarlos por falta de ensayos clínicos en humanos. La oleada de apoyo anecdótico no va acompañada de pruebas científicas.
- Inyecciones de ácido hialurónico: Desde finales de la década de 1970, las inyecciones de ácido hialurónico se han utilizado para crear un amortiguador entre los huesos en casos graves de artrosis. Aunque investigaciones recientes demuestran que estas inyecciones no son eficaces, muchos proveedores siguen utilizándolas.
- Suzetrigina: Aprobado en enero de 2025, este nuevo analgésico no opiáceo está pensado para uso postoperatorio a corto plazo (10 días). Sin embargo, algunos especialistas en dolor crónico lo recetan para periodos mucho más largos -30, 60 o incluso 90 días-, a pesar de que los farmacéuticos y los trabajadores lesionados informan de que su eficacia disminuye con el tiempo. La suzetrigina también es muy cara, por lo que es esencial un seguimiento estrecho.
- Motrin 300 mg: Este medicamento está disponible desde hace tiempo en comprimidos de 200 mg, pero ahora se comercializa una nueva dosis de 300 mg a un precio mucho más elevado: hasta 1.000 dólares por un suministro para un mes. Hay poca justificación clínica para la diferencia de precio, y muchos estados lo tratan como un medicamento de marca, recomendando alternativas de menor coste.
Evaluación de la necesidad y las pruebas médicas
Con tantas nuevas opciones de tratamiento, garantizar la atención adecuada a los trabajadores lesionados requiere un enfoque riguroso de la necesidad médica, la revisión clínica y los protocolos basados en la evidencia. Como líder mundial en gestión integrada de la asistencia sanitaria, los servicios de revisión de la utilización de Sedgwick pueden ayudar a conseguirlo. He aquí cómo:
- Revisión del plan de tratamiento: Nuestros enfermeros revisan y negocian los planes de tratamiento para garantizar que la atención sea adecuada, médicamente necesaria y ayude a los empleados a volver al trabajo. Por ejemplo, esto podría incluir rechazar inyecciones ineficaces de ácido hialurónico o negociar el precio del PRP.
- Enfoque basado en la evidencia: Nos aseguramos de que todas las intervenciones médicas estén respaldadas por pruebas clínicas sólidas. Los tratamientos que carecen de investigación -como la terapia con células madre o determinados péptidos- se abordan con cautela, sobre todo cuando los costes son elevados y los beneficios inciertos.
- Seguimiento proactivo: Nuestro equipo de farmacéuticos y clínicos supervisa continuamente las terapias emergentes. Al adelantarnos a las tendencias y aplicar las directrices legales, ayudamos a las empresas a evitar tratamientos innecesarios o no probados.
Optimizar los resultados en un entorno en evolución
Sea cual sea el tipo de lesión, el objetivo es lograr la mejor recuperación posible, al tiempo que se controlan los costes y se garantiza la seguridad. Al basar cada decisión en las pruebas, la revisión clínica y la necesidad médica, los empleadores pueden navegar por el cambiante panorama del tratamiento con confianza.
En Sedgwick, nos comprometemos a mantenernos a la vanguardia de las tendencias emergentes, a defender a nuestros clientes y a garantizar que cada decisión de tratamiento se base en la ciencia y en las mejores prácticas. Haga clic en aquí para Leer más sobre nuestros servicios de atención médica gestionada y cómo ofrecemos experiencias y resultados de reincorporación al trabajo líderes en el sector.