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Por Mark Buckingham, Consultor Internacional de Recalls

El Reglamento de la UE sobre la seguridad de los juguetes (TSR) entrará pronto en vigor, trayendo consigo un marco normativo más sólido para los juguetes. El Reglamento sustituirá a la actual Directiva 2009/48/CE sobre la seguridad de los juguetes. Una evaluación de la Directiva realizada en 2018 por la Comisión Europea detectó varias deficiencias en su aplicación práctica, que el RST abordará.

El nuevo Reglamento se centra en reducir el riesgo de sustancias químicas nocivas, disminuir la disponibilidad de juguetes inseguros vendidos en la UE tanto en línea como en canales tradicionales, igualar las condiciones de venta de los juguetes, tanto si se fabrican en la UE como si se importan, y garantizar la libre circulación de juguetes en el mercado único de la UE.

Cambios clave en detalle

El TSR abordará los productos químicos nocivos ampliando las sustancias prohibidas para incluir el uso de productos químicos que afectan al sistema respiratorio, los disruptores endocrinos y los tóxicos para la piel y otros órganos. Esto se suma a las restricciones existentes sobre el uso de sustancias carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción en los juguetes. El Reglamento también prohibirá el uso de bisfenoles peligrosos y sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en los juguetes, salvo en piezas electrónicas inaccesibles en las que las sustancias sean absolutamente necesarias.

Otros cambios incluyen el requisito de que los fabricantes realicen una evaluación de seguridad de todos los peligros potenciales de un juguete, incluidos los químicos, físicos, mecánicos y eléctricos. La evaluación también debe comprobar la inflamabilidad, higiene y radiactividad del juguete y tener en cuenta las vulnerabilidades específicas de los niños. Por ejemplo, el Parlamento Europeo señala que, en algunos casos, los fabricantes tendrán que garantizar que los juguetes digitales no supongan un riesgo para la salud mental de los niños.

Además, el Reglamento exigirá que todos los juguetes tengan un Pasaporte Digital de Producto (DPP). Con ello se pretende mejorar la trazabilidad de los juguetes y simplificar y hacer más eficaces los controles e inspecciones aduaneros. Los clientes también podrán acceder fácilmente a la información y advertencias de seguridad pertinentes a través del DPP. 

Por último, el RST aclara los requisitos para operadores económicos como fabricantes, importadores y minoristas. Es importante destacar que el texto aborda específicamente las obligaciones para los mercados en línea, "reflejando su creciente papel en la venta y promoción de juguetes". Esto incluye el requisito de que los mercados en línea diseñen sus plataformas para que los vendedores puedan mostrar el marcado CE, advertencias de seguridad y un enlace al DPP del producto. 

De cara al futuro

A diferencia de la Directiva anterior, el nuevo Reglamento es directamente aplicable en todos los Estados miembros, sin interpretaciones Estado por Estado. Esto contribuirá a eliminar lagunas en la aplicación y a mejorar el cumplimiento, pero también puede exigir algunos cambios en la legislación nacional a medida que los Estados miembros vayan adoptando las modificaciones. Los Estados miembros y las empresas dispondrán de 54 meses a partir de la fecha de entrada en vigor del TSR para cumplir sus disposiciones. 

Es importante señalar que el Reglamento está en consonancia con otras normativas clave sobre seguridad de los productos, como el Reglamento general de seguridad de los productos (RGPP), el Reglamento de diseño ecológico de productos sostenibles (RDE) y la Ley de servicios digitales. Aunque puede haber cierto solapamiento en los requisitos, como el uso de un DPP para todos los productos, estas diversas normativas imponen responsabilidades cada vez mayores a los fabricantes y minoristas para garantizar la seguridad de sus productos.

A pesar del período de transición de varios años, las empresas jugueteras deben empezar a prepararse ahora para asegurarse de que disponen de tiempo suficiente para introducir los cambios necesarios en sus operaciones y procesos. Históricamente, los organismos reguladores han examinado con lupa los juguetes y otros productos destinados a los niños, y es probable que esta tendencia continúe con la aplicación estricta del TSR y sus disposiciones.

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