Con el primer trimestre de 2024 ya a nuestras espaldas, seguimos vigilando de cerca las cuestiones que afectan al sector marítimo mundial. A continuación, analizaremos el actual entorno económico y geopolítico, lo que puede significar para los siniestros marítimos y los seguros relacionados, y las medidas que pueden tomar las organizaciones para ayudar a controlar los costes en estos tiempos tumultuosos.
Interrupciones en lugares clave
Varios factores están obstaculizando notablemente el tráfico de mercancías en todo el mundo. Con las continuas tensiones en Oriente Medio y la amenaza de más ataques a buques en el Mar Rojo, el coste de la cobertura de los buques que navegan por la región -incluido el Canal de Suez, por el que normalmente transita alrededor del 30% de todo el comercio mundial- se ha disparado. Debido a los riesgos de seguridad y al aumento de las primas de los seguros, muchos transportistas están desviando los buques hacia África. Sin embargo, esto hace que el viaje entre Europa y Asia sea unas 4.000 millas más largo.
La prolongada guerra entre Rusia y Ucrania también ha perturbado el comercio internacional. Decenas de buques quedaron bloqueados en puertos de Ucrania y países vecinos durante meses tras la escalada de ataques de febrero de 2022. Al igual que la situación en Oriente Medio, muchos cargadores evitan ahora el Mar Negro, otra vía fluvial fundamental para el transporte entre Europa y Asia. Las sanciones contra Rusia y la limitada capacidad de Ucrania para exportar sus productos agrícolas en tiempos de guerra están interfiriendo en las cadenas de suministro mundiales.
El tráfico marítimo hacia y desde América se ha visto muy afectado por la sequía sin precedentes que ha provocado un bajo nivel de agua en el Canal de Panamá. Desde hace meses, las autoridades han reducido en cerca de un tercio el número de buques autorizados a atravesar el canal cada día. La sequía, que muchos atribuyen al cambio climático, ha provocado más retrasos en el transporte marítimo.
Aún está por ver el verdadero impacto de la tragedia del 26 de marzo en Baltimore, donde un importante puente del centro de la ciudad se derrumbó debido al choque de un portacontenedores. Muchos esperan que el siniestro de Baltimore sea uno de los mayores de la historia de los seguros marítimos. El puerto de la ciudad, que permanece parcialmente cerrado (en el momento de redactar este artículo) a causa del accidente, es el noveno más transitado de Estados Unidos por carga extranjera y el principal manipulador nacional de automóviles, maquinaria agrícola y de construcción pesada y azúcar y yeso importados. En ausencia del puente, los camiones comerciales que circulan por Baltimore -parte del concurrido corredor de la I-95 de la costa este- deben utilizar rutas alternativas.
Presiones económicas
A los retos del transporte y el comercio marítimos se suman las difíciles condiciones de la economía mundial actual. La inflación general sigue siendo una preocupación importante, ya que el precio del combustible de los buques y de los contenedores de transporte marítimo, entre otras cosas, sigue subiendo. Las primas de los seguros marítimos están subiendo a la par. Muchas grandes compañías están aumentando sus retenciones, mientras que las más pequeñas gestionan sus propios siniestros marítimos por debajo de ciertos umbrales debido a los límites de retención. Vemos que algunas organizaciones intentan reducir costes no revelando el valor real de las mercancías transportadas; sin embargo, si (y cuando) se producen siniestros, se encontrarán con una cobertura de seguro muy insuficiente.
La escasez de talentos tras el COVID sigue afectando a varios campos que afectan al sector naval. Muchos almacenes y astilleros carecen de personal suficiente, y siguen aumentando las carencias de mano de obra cualificada para puestos como operadores de carretillas elevadoras, conductores de camiones y especialistas en logística. La insuficiente presencia de seguridad -especialmente en almacenes, centros de distribución, astilleros y paradas de camiones- está contribuyendo al continuo aumento de los robos de mercancías. Un informe de CargoNet revela un aumento interanual del 430% en los robos estratégicos de carga documentados hasta el tercer trimestre de 2023.
El impacto global de estas condiciones tormentosas son nuevos retrasos y un mayor riesgo en el transporte de mercancías, así como un aumento de los costes para los cargadores, los asegurados y, en última instancia, los consumidores.
En busca de una navegación más fluida
Las partes interesadas de la industria naval están explorando varios enfoques para navegar en este difícil entorno operativo. Una de las estrategias consiste en una mayor adopción de la tecnología para fomentar la eficiencia frente a la escasez de mano de obra. Algunos puertos están experimentando con grúas que se conducen solas, camiones y otros vehículos que no requieren una intervención humana constante, y los almacenes están aplicando tácticas de automatización para mover las mercancías con mayor rapidez.
Una estrategia que recomendamos a los compradores y expedidores de mercancías es asegurarse de que cuentan con planes logísticos sólidos. Deben prestar mucha atención a quién utilizan para los fletes y otras gestiones a lo largo de la cadena de suministro; esta diligencia debida puede ayudar a reducir los gastos imprevistos y a mantener los retrasos al mínimo. Prolongar el plazo de entrega en cualquier punto del proceso conlleva mayores costes, incluidas posibles penalizaciones por incumplimiento de los plazos. Redoblar los planes de contingencia internos o con socios subcontratados fiables puede contribuir en gran medida a reducir los riesgos ante la incertidumbre.
Otro aspecto en el que los asegurados y sus suscriptores deberían centrarse es la cláusula de "control de las mercancías" que figura en las pólizas de carga. En virtud de esta cláusula, si se producen daños durante el trayecto, el propietario de la carga decide qué hacer con la mercancía, lo que suele implicar su eliminación total. Pero a menudo, algunas de las mercancías o sus componentes pueden ser recuperados o reutilizados; reducir la cantidad de residuos no sólo disminuye el coste de la pérdida (y el consiguiente aumento de la prima), sino que también reduce su impacto negativo sobre el medio ambiente. Vemos que muchos productos de acero dañados se recuperan de este modo, pero muchos otros materiales simplemente se tiran. Creemos que la cláusula de control de mercancías se utiliza a menudo de forma incorrecta, y animamos a los aseguradores a que hablen con sus asegurados para que se replanteen su forma de deshacerse de la carga dañada.
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