12 de noviembre de 2024
Un crucero de placer en un yate privado parece una forma maravillosa y relajante de pasar el día. Pero para los propietarios de estas embarcaciones, los imprevistos pueden causarles grandes dolores de cabeza y generarles el estrés de las reclamaciones al seguro. La práctica de Sedgwick en materia de yates sigue de cerca las tendencias que afectan a las pérdidas en este ámbito y sus ramificaciones tanto para las aseguradoras como para sus asegurados. En este blog, vamos a profundizar en tres cambios notables que están teniendo un impacto significativo en las reclamaciones relacionadas con yates.
Aumento de los robos
En los últimos años, hemos observado un aumento en los incidentesde roborelacionados con embarcaciones. Esto concuerda con una tendencia social más amplia de aumento de los robos, como se ha señalado en numerosas noticias sobre los robos generalizados en los centros urbanos estadounidenses. El aumento de la delincuencia puede atribuirse a una combinación de factores, entre los que se incluyen la inflación y otras presiones económicas, el declive de la civilidad, la inestabilidad política, la mentalidad de derecho y el colapso de las normas sociales durante la pandemia de COVID.
Por supuesto, es difícil robar un barco entero sin ser detectado. Sin embargo, los ladrones se están volviendo cada vez más descarados en sus intentos de llevarse objetos de valor de los yates, como motores, piezas de motores y sistemas de navegación electrónicos. Lamentablemente, también se ha producido un aumento de los «robos internos», en los que empleados de puertos deportivos, instalaciones de almacenamiento, empresas de transporte y otros proveedores participan en la actividad delictiva. Hoy en día, las aseguradoras se centran en gran medida en erradicar a estos malos actores, así como en las reclamaciones fraudulentas en las que los asegurados han actuado de forma deshonesta con la esperanza de cobrar una indemnización.
Desde el punto de vista de la indemnizabilidad, entra en juego el grado en que el propietario tomó medidas como asegurado prudente para proteger la embarcación y sus componentes. ¿Se guardaba la embarcación al aire libre en la entrada o detrás de una valla cerrada con llave? ¿Se eligió un puerto deportivo o una instalación de almacenamiento con amplios controles de seguridad (barreras físicas, iluminación, cámaras, guardias, etc.) para disuadir el robo? Los propietarios son responsables de conocer lo que les exige su póliza, las franquicias aplicables y las exclusiones que pueden entrar en vigor, dependiendo de cómo y dónde se produzca el robo; también deben informar con precisión a su aseguradora sobre sí mismos y sobre el uso y la ubicación de almacenamiento de su embarcación.
Tecnología en evolución
En el ámbito de las reclamaciones relacionadas con yates, al igual que en casi todos los aspectos de la vida moderna, los avances tecnológicos siguen marcando la diferencia. Tanto los propietarios de embarcaciones como los proveedores de servicios están utilizando nuevas tecnologías para mitigar las pérdidas. Los puertos deportivos y las instalaciones de almacenamiento están empleando sistemas de vigilancia y seguridad cada vez más sofisticados para mantener alejados a los ladrones y detectar inmediatamente cualquier actividad indeseada. Esto está resultando útil tanto para las fuerzas del orden como para los investigadores de reclamaciones.
Además, existen muchos dispositivos nuevos que pueden conectarse a los buques para detectar de forma sutil todo tipo de información, desde la ubicación hasta el movimiento a bordo o la entrada de agua. Estas tecnologías disuaden los incidentes de robo y pérdida total, reducen la probabilidad de que los autores de los delitos salgan impunes y mitigan la exposición de las aseguradoras. Además, dado que los datos de estos dispositivos pueden ayudar a las aseguradoras a investigar las reclamaciones, algunas incentivan a los asegurados a instalarlos ofreciéndoles descuentos en las primas o pagando los costes del hardware y/o la suscripción al servicio.
Paralelamente a la creciente popularidad delos vehículos eléctricos(VE), ahora hay en el mercado embarcaciones especiales con propulsión eléctrica. Esto afecta a las reclamaciones relacionadas con yates de varias maneras. En primer lugar, estas embarcaciones son más susceptibles de sufrir pérdidas catastróficas por incendio que las embarcaciones motorizadas tradicionales debido a lasbaterías de ionen litioque llevan a bordo; también pueden experimentar más problemas debido a los rayos y las sobrecargas eléctricas. Además, puede resultar difícil encontrar talleres de reparación con el equipo adecuado y mano de obra cualificada para reparar estas embarcaciones especiales. Las piezas de recambio pueden escasear en algunas zonas, lo que prolonga la duración de las reclamaciones y puede suponer un aumento de los costes para las aseguradoras.
Impacto del cambio climático
De forma lenta pero segura, el mundo está empezando a reconocer queel clima de la Tierraestá cambiando. Como resultado de estos cambios climáticos, nuestro planeta está experimentando oscilaciones extremas de temperatura ycatástrofes meteorológicas devastadoras de forma constante, como huracanes, tornados, inundaciones y sequías. Estos fenómenos parecen estar ocurriendo con mayor frecuencia y violencia que nunca.
Cuando se producen desastres cerca de masas de agua, los propietarios de embarcaciones se ven obligados a competir por los escasos recursos de almacenamiento y salvamento disponibles en la zona. Para hacer frente a este problema, muchas aseguradoras están optando por incorporar a sus redessocios especializados en la tramitación de siniestros. Esto les permite aprovechar una mayor preparación y esfuerzos proactivos de mitigación, así como redes de recursos consolidadas, de modo que están mejor equipadas para ayudar rápidamente a los asegurados y a investigar los siniestros antes, durante y después de una catástrofe. Muchas están trabajando codo con codo con socios de ajuste para consolidar los planes de respuesta ante desastres con suficiente antelación y comunicarse mejor con los asegurados cuando se pueden prever y supervisar los acontecimientos.
Otro efecto del cambio climático es el aumento delos incendios forestales. Tradicionalmente, los barcos almacenados en los puertos deportivos de los lagos se han considerado menos propensos a sufrir riesgos que los que se encuentran cerca del mar, donde es más probable que se produzcan tormentas severas. Sin embargo, recientemente hemos sido testigos de varios incendios forestales cerca de lagos que han destruido flotas enteras. Estas zonas ya no pueden considerarse seguras para los barcos desde el punto de vista del riesgo. Como resultado, las primas están empezando a subir; sin embargo, también hay un mayor interés por parte de las compañías de seguros en ofrecer cobertura para yates. Estaremos atentos a lo que el mercado pueda sostener y a otras cuestiones de actualidad que afecten al ámbito de las reclamaciones relacionadas con yates.
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