7 de octubre de 2024
Tras una lesión laboral, los especialistas dan prioridad a determinar la mejor vía de tratamiento que permita una reincorporación rápida y segura al trabajo. Cada vez más trabajadores lesionados reciben fisioterapia (PT) para alcanzar sus objetivos de recuperación. Pero en el momento en que un caso se descarrila o requiere intervención para progresar, la fisioterapia puede hacer más mal que bien. Gestionar -y, cuando sea necesario, reorientar- la trayectoria del tratamiento de un trabajador lesionado es clave para promover los mejores resultados posibles.
La fisioterapia, en alza
La fisioterapia, una terapia de rehabilitación, se centra en ejercicios específicos destinados a mejorar las funciones corporales, aumentar la movilidad, aliviar el dolor y fomentar el bienestar general. Puede ayudar a quienes sufren trastornos musculoesqueléticos, dolor crónico y trastornos del movimiento, así como en el tratamiento de discapacidades a corto plazo asociadas a lesiones laborales. En la indemnización de los trabajadores, la fisioterapia suele ser un paso fundamental entre la lesión y la reincorporación al trabajo.
Cada vez hay más pruebas que sugieren que un tratamiento de fisioterapia centrado y de alto nivel, combinado con un alto grado de compromiso por parte del paciente, reduce la duración de la discapacidad, mejora la movilidad del paciente y disminuye los costes de las reclamaciones. El acceso temprano a la fisioterapia también puede reducir el consumo de opiáceos entre los pacientes con dolor musculoesquelético, al servir como alternativa al uso de opiáceos a corto plazo para episodios de dolor agudo. Estas podrían ser, en parte, las razones por las que estamos asistiendo a un aumento de la prescripción de terapias de rehabilitación, tanto en la compensación a los trabajadores como en general.
Un estudio independiente de la Asociación Americana de Fisioterapia (APTA) reveló que la fisioterapia ofrece resultados clínicos y económicos significativos, en comparación con tratamientos alternativos, en múltiples afecciones. Entre ellas se incluyen tres lesiones comunes en el ámbito de la compensación a los trabajadores: el síndrome del túnel carpiano, el dolor lumbar y la epicondilitis lateral (también conocida como codo de tenista). Cuando la fisioterapia formaba parte de un plan de tratamiento para estas afecciones, se observaron ahorros netos en los costes médicos totales como resultado de la reducción de las derivaciones adicionales, el diagnóstico por imagen y las tasas de cirugía.
El momento oportuno lo es todo
Pero el acceso a los servicios de fisioterapia no lo es todo, y la forma en que se trate cada caso afectará a su resultado. El tiempo -tanto en la duración de los casos como en la rapidez con que se inicia la fisioterapia tras la lesión- también influye en los resultados del tratamiento. Los estudios demuestran que la intervención temprana mediante fisioterapia orientada a objetivos previene la discapacidad a largo plazo y el dolor crónico.
En un estudio del Workers' Compensation Research Institute (WCRI ), por término medio, el número de semanas de incapacidad temporal por siniestro era un 58% mayor cuando la fisioterapia se iniciaba más de 30 días después de la lesión. El porcentaje de casos en los que intervino un abogado también fue significativamente mayor.
Por el contrario, cuando un trabajador lesionado recibe fisioterapia para el dolor lumbar -el trastorno musculoesquelético más común relacionado con el trabajo- en los 14 días siguientes a su lesión, se ha demostrado que se reduce significativamente el uso y los costes de los servicios médicos (por ejemplo, resonancias magnéticas, prescripciones de opiáceos, inyecciones para el tratamiento del dolor, cirugía). En la mayoría de los casos, cuanto antes se inicie la fisioterapia, mayores serán las posibilidades de reincorporarse al trabajo sin necesidad de intervención quirúrgica.
Seguimiento de los siniestros
Un caso sólo alcanza los resultados deseados si se guía por un plan de tratamiento impulsado y colaborativo. La repetición de tratamientos durante semanas, por ejemplo, sería un claro indicio de progreso insuficiente. Si, a las seis u ocho semanas de la lesión, la progresión de la amplitud de movimiento, el dolor o la función es escasa o nula, o si el empleado lesionado supera en más de un 150% el número de visitas recomendado por las directrices, los expertos en fisioterapia de Sedgwick intervendrán. Intentarán reconducir la trayectoria del tratamiento y, a su vez, el proceso de reclamación.
La forma más eficaz de resolver los síntomas variará en función de si la lesión es aguda o crónica y de otros factores. En cualquier caso, cada intervención debe adaptarse para alcanzar mejor los objetivos de tratamiento del trabajador lesionado. Puede significar proporcionar educación y una dirección más cercana al trabajador lesionado. Puede significar iniciar discusiones a nivel clínico y educación sobre programación y posibles opciones a implementar. Mantener un siniestro encauzado mediante la intervención acelera la curación de los trabajadores y reduce los costes de tratamiento a largo plazo.
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