Evaluar el riesgo de los robots en la era de la automatización

26 de julio de 2023

Maquinaria robótica en funcionamiento.
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Las tecnologías emergentes y los montajes robotizados están allanando el camino para que la automatización se convierta en una parte significativa de la vida. Eficiencia, seguridad, productividad y comodidad son algunas de las razones que explican la creciente dependencia de estas tecnologías. Desde el punto de vista económico, tiene sentido: Las máquinas no cogen la gripe, no se lesionan ni se toman vacaciones, y no pueden cometer errores de juicio. Sin embargo, mientras haya humanos implicados en el diseño, el mantenimiento, la reparación y las actualizaciones del sistema, la utilización de conjuntos robóticos dista mucho de estar exenta de riesgos.

Tecnologías robóticas populares

En 1969, Victor Scheinman, pionero de la robótica, inventó el "brazo Stanford", un robot articulado de seis ejes totalmente eléctrico que contenía juntas giratorias. Demostró el potencial de los robots para realizar tareas complejas como soldar, empaquetar y ensamblar. Los robots articulados están diseñados para imitar la funcionalidad de un brazo humano y poseen de 2 a 10 articulaciones giratorias, cada una de las cuales permite un mayor grado de movimiento.

Imagínese esto: dos robots que parecen brazos de máquina están montados uno al lado del otro en una barra de ensaladas preparando una ensalada mediterránea. El chef Ilan Barniv, panadero de Jerusalén, enseña a los robots a convertir sus recetas en platos principales. Los robots perfeccionan sus habilidades aprendiendo del chef Barniv. A medida que cada robot adquiere conocimientos adicionales, los comparte con el segundo robot, todo lo cual acabará compartiéndose con futuros robots desplegados en la cadena de restaurantes del chef. De hecho, se trata de una escena de la vida real, que sucede en un restaurante llamado Bonapita en West Roxbury, MA; ambos robots forman parte de una nueva generación de robots inteligentes que utilizan la inteligencia artificial para aprender, adaptarse y mejorar continuamente su rendimiento.

Otras tecnologías emergentes ya son habituales en algunos entornos. En un campus universitario, por ejemplo, puede ver robots de seis ruedas que reparten comida, conocidos como robots móviles autónomos (AMR). Los AMR toman decisiones en tiempo real mediante sensores y cámaras que les proporcionan información sobre su entorno. Otra tecnología, los vehículos de guiado automático (AGV), son los robots que corren de pasillo en pasillo para cumplir los pedidos en un almacén de Amazon. Por último, los robots colaborativos (cobots) funcionan junto a los humanos o directamente con ellos y se diseñaron para reducir las tareas manuales, peligrosas y extenuantes del flujo de trabajo humano.

Crecimiento del sector

El mercado de la robótica está creciendo y es probable que siga haciéndolo a un ritmo exponencial, según GlobalData, una empresa de análisis de datos con sede en Londres. Un informe de GlobalData afirma que el mercado generó 45.300 millones de dólares en 2020, y se prevé que el sector crezca a una tasa anual compuesta del 28% entre 2021 y 2030. Para 2030, se espera que el sector genere más de 500.000 millones de dólares.

La industria puede dividirse en dos partes principales: robots industriales y robots de servicio. Los robots de servicio ayudan a los humanos realizando tareas como manipulación de explosivos, extinción de incendios, reparto en hospitales, etc. Aunque el potencial del mercado de servicios es mayor que el del otro, se prevé que los robots industriales se adopten y crezcan más deprisa en la próxima década.

Peligros de la aplicación de robots

Según un manual publicado por la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA), los estudios indican que muchos accidentes con robots se producen durante el montaje, la instalación y las pruebas, que es cuando los trabajadores están expuestos por primera vez a la aplicación del robot, y no durante las condiciones normales de funcionamiento.

La OSHA ha identificado varios peligros que los robots plantean a los seres humanos. Los errores de control, por ejemplo, son fallos en el sistema de control que pueden generar un comportamiento errático o un aumento de la energía peligrosa de la máquina. Los riesgos mecánicos también pueden provocar un funcionamiento inesperado, haciendo que el robot sea impredecible y peligroso. Los sistemas de alimentación de los robots pueden sufrir interrupciones y provocar fallos de funcionamiento, lo que aumenta el riesgo de descargas eléctricas o incendios.

Otros riesgos son una instalación incorrecta, causas ambientales o interferencias que puedan influir en el rendimiento de un robot, el acceso no autorizado en una zona protegida o una amplia gama de errores humanos, como una programación, interconexión o mantenimiento defectuosos, entre otros.

Ejemplos de riesgo

En un caso, en 2018, un robot construido por el servicio de entrega de alimentos Kiwi estalló en llamas debido a un error humano. Se había introducido una batería defectuosa en el robot, lo que provocó una fuga térmica, uno de los principales riesgos asociados a las baterías de iones de litio. Si la temperatura interna de una batería supera un determinado límite, se produce el desbordamiento térmico, que puede destruir la batería o provocar un incendio.

Un supermercado online a gran escala de Andover (Reino Unido) había invertido mucho en automatización para acelerar la entrega a domicilio. En 2019, se produjo un incendio en su almacén cuando un fallo en una unidad de carga de baterías provocó que un robot se incendiara. El fuego ardió durante cuatro días y destruyó el lugar. Dos años más tarde, el mismo lugar volvió a incendiarse debido a una avería que provocó la colisión de tres robots.

Finalmente, en agosto de 2021, General Motors anunció que retiraría todos los Chevrolet Bolt que había fabricado debido a una serie de incendios que habían afectado a los modelos Bolt. La empresa atribuyó el problema a dos defectos en las baterías de los coches, que podrían haber sido causados por un robot de montaje desalineado en fábrica.

Subrogación y reparación

En casos como cuando una batería funciona mal y se incendia espontáneamente, el cargador de la batería funciona mal, los robots chocan aleatoriamente o un robot de montaje estaba mal alineado o mal programado, es importante tener en cuenta la subrogación. Asegurar y salvaguardar las pruebas es fundamental.

También es importante tener en cuenta la reparación. Las empresas que incorporan robots suelen ser grandes, y la pérdida de ingresos suele ser sustancial. Esto requiere reunir un equipo de expertos en medio ambiente, consultores de construcción e ingenieros de equipos para garantizar protocolos de recuperación adecuados hasta que la instalación esté totalmente recuperada.

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Etiquetas: automatización, tecnología digital, crecimiento, Evolución del sector, Remediación, Riesgo, subrogación, Avances tecnológicos, Tecnología