Peritaje de siniestros y restauración de obras de arte: ¿La inteligencia artificial perturbará o revolucionará el mercado?

13 de abril de 2023

Busto de cabeza de mujer.
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La tecnología de inteligencia artificial (IA) ha demostrado que puede cambiar radicalmente el análisis de las obras de arte en lo que respecta a la restauración y el ajuste de siniestros. Un caso reciente de autentificación se refiere a un cuadro atribuido al pintor renacentista italiano Rafael, titulado "El Tondo de Brécy(la Madonna de Brecy)". El coleccionista de arte británico George Lester Winward adquirió la obra en 1981 y afirmó que había sido pintada por Rafael. Para probar su teoría, comparó el cuadro con otra obra de Rafael, la "Madonna Sixtina" que se conserva en una galería de Dresde (Alemania). Durante 40 años, Winward fue incapaz de confirmar su creencia, a pesar de que, a ojos de muchos especialistas, las similitudes eran evidentes.

Recientemente, investigadores de las universidades británicas de Nottingham y Bradford utilizaron una herramienta de reconocimiento facial para comparar las dos pinturas. El ordenador revisó la obra del artista ampliada en miles de píxeles. La comparación, realizada con tecnología de IA, afirmó que las dos Madonnas representadas se parecen en un 97%, y los niños de los cuadros en un 86%. Una noticia de prensa sobre este suceso titulaba: "Identificado el autor de un cuadro gracias a la inteligencia artificial". Pero esta supuesta identificación no se traduce automáticamente en un certificado de autenticidad ni en un mayor reconocimiento de la obra en el mercado.

De hecho, los profesionales del mercado del arte, los expertos especializados, los historiadores del arte, los conservadores y los galeristas siguen mostrándose cautelosos ante la IA, y con razón.

Varios elementos a tener en cuenta

Cuando un experto de renombre internacional es conocido por ser el principal especialista de un determinado artista, o periodo artístico, su pericia es válida. Por ejemplo, en 2019, cuando el experto Eric Turquin atribuyó el cuadro "Judith decapitando a Holofernes" al pintor Caravaggio, su atribución tuvo que ser segura. Si el perito tuviera dudas, no atribuiría la obra a un autor en su certificado e informe pericial.

El análisis de Turquin fue más allá, comparándolo con los otros 65 cuadros conocidos del artista. El lienzo y los pigmentos analizados demostraron que se trataba de una obra napolitana originaria de entre 1600 y 1610. Su conocimiento experto y su análisis estilístico -en colaboración con un colegio de especialistas en historia del arte- permitieron confirmar con total certeza la atribución del cuadro a Caravaggio. Se demostró que la obra no podía ser, por ejemplo, una copia de Louis Finson, como algunos habían afirmado.

Este ejemplo lo demuestra:

  • La atribución de obras importantes no puede determinarla una sola persona. Los expertos se rodean de especialistas para fundamentar y confirmar sus juicios. Un simple análisis para comparar dos cuadros -como el mencionado en el ejemplo anterior sobre la obra de Rafael- es insuficiente.
  • En el mercado del arte, es difícil aceptar que un cuadro se parezca en un 97% -o incluso con una probabilidad mayor- a otra obra de un artista. Los análisis realizados por laboratorios que utilizan IA pretenden aceptar que un 75% de similitud es suficiente para validar la atribución de una obra. Pero la duda sobre el 25% restante no es en absoluto aceptable para el mercado del arte y sus aseguradoras.

Los certificados de autentificación califican las obras tasadas de diferentes maneras. Las piezas pueden ser del "taller del artista" -es decir, producidas por el aprendiz del maestro- o de la "propia mano del artista". Muchos artistas hacen que sus alumnos pinten partes de sus cuadros, como paisajes, cortinajes, etc.

¿Cómo tendrá en cuenta la IA estos factores? ¿Rechazará la atribución de estos cuadros si se comparan con un retrato pintado exclusivamente por el artista? ¿Tendrá en cuenta también las restauraciones, repintes, etc., y qué importancia tendrá esto en su análisis?

Estas observaciones nos llevan a revisar los datos que alimentan la IA.

En el ejemplo de "La Virgen de Brecy", se indica que el cuadro se comparó con otro cuadro de Rafael en Dresde. ¿Qué otros datos se utilizaron? ¿Se realizaron análisis de los materiales? ¿Se analizó la datación de la obra en relación con la evolución estilística de Rafael?

Otro ejemplo es la validación del cuadro "Retrato de mujer (Gabrielle Renard)" de Renoir en 2022. Sotheby's, la empresa que vendió el cuadro, utilizó tecnología de IA de la empresa suiza Recognition para autenticarlo. La máquina analizó las pinceladas, los colores y el estilo general de la obra para compararla con una base de datos de más de 200 cuadros de Renoir. La tecnología estableció una coincidencia del 80,58%. Aunque la casa de subastas pudo atribuir el cuadro de este modo, los especialistas siguen mostrándose escépticos. La duda de los especialistas del mercado del arte sobre la atribución equivale al 19,42%. 

Al igual que los expertos especializados recurren a los laboratorios para analizar los pigmentos con el apoyo de expertos en historia, la IA debe utilizarse junto con el conocimiento del artista y otras técnicas para autentificar -o no, según el caso- un cuadro.

¿Responsabilidad del experto o de la IA?

Imaginemos un futuro en el que la IA, con nuevas mejoras, se considere lo bastante fiable como para que el mercado del arte y las aseguradoras confíen únicamente en su veredicto. O que, en un primer análisis con un umbral mínimo del 75%, ponga en duda la pericia inicial del experto que atribuyó o rechazó la obra de tal o cual artista.

Por lo tanto, sería necesario demostrar que el experto cometió un error. A lo largo de la historia del arte, la evolución de la tecnología ha revelado que incluso los expertos más venerados han cometido errores de atribución. La IA quizá revele más errores. Aun así, la IA tendrá que ir acompañada de otras técnicas distintas de las que se utilizan actualmente para el reconocimiento facial.

Un aire de cautela

La IA no debe utilizarse en el futuro para identificar obras de arte sin un control de los datos que la alimentan, o mediante un uso intensivo/exclusivo. Cabe imaginar una aplicación que proponga autentificar una obra de arte a partir de fotografías de la misma, o incluso acceder a asegurarla, a partir de análisis realizados por la IA.

Es imperativo mantener un aire de cautela. Es probable que pronto los falsificadores utilicen esta tecnología para crear obras imitadas con todas las características, calidades y pinceladas del artista original. 

Tomemos como ejemplo el cuadro "La ronda de noche" (1642) de Rembrandt. El cuadro había sido recortado por tres lados en 1715 y los trozos recortados se perdieron. Gracias a una copia del cuadro del siglo XVII y a AI, el cuadro se recompuso. AI analizó la técnica pictórica de Rembrandt, su uso de los colores y sus pinceladas para imprimir en el lienzo las partes que faltaban. Algunos expertos en arte están seguros de que los falsificadores utilizarán esta tecnología para crear obras que será difícil demostrar que son imitaciones.

Imaginemos que un falsificador utiliza la IA para imitar una obra del pintor Pablo Picasso, cuya producción fue inmensa y cuyos pigmentos, lienzos y soportes son fáciles de encontrar. La única dificultad del falsificador sería asegurarse un pedigrí. La historia está llena de falsificadores que han conseguido introducir obras falsas. Por ahora, el mercado del arte y sus aseguradores son conscientes de este peligro sin poder aprehenderlo plenamente.

AI y restauración de obras de arte

El ejemplo de "La ronda de noche" demuestra que la IA ayudará mucho a los restauradores de cuadros en sus planteamientos de restauración. Permitirá comprender mejor las secciones que faltan o están dañadas y confirmar los colores, formas, etc. que habría utilizado el artista. No obstante, serán necesarios los conocimientos técnicos de los restauradores para conseguir una restauración perfecta.

Lo que le falta a la inteligencia artificial

Aunque la IA puede recrear partes perdidas de cuadros y quizá pronto produzca obras de ciertos estilos, los expertos siguen coincidiendo en que la tecnología no poseerá el nivel de sensibilidad, gusto e inteligencia humana que el artista utiliza para crear.