Recuperarse con autoridad: resistencia y evolución de la gestión de riesgos

3 de mayo de 2023

Personas caminando por una pasarela elevada entre edificios.
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Siempre lo hemos sabido, pero ha hecho falta una pandemia mundial para aprender la lección: La resistencia y la adaptabilidad son las piedras angulares del éxito de un programa de gestión de riesgos. En el RISKWORLD® de esta semana, la conferencia y exposición RIMS 2023, tuvimos la oportunidad de explorar el concepto de resiliencia y cómo ha evolucionado la profesión de la gestión de riesgos en los últimos años. A continuación se exponen algunas de las ideas que allí se compartieron.

¿Qué es la resistencia de los programas?

En un blog anterior sobre bienestar mental, mis colegas hablaron de la cualidad de la resiliencia personal, citando la definición popular de "adaptación positiva ... y la capacidad de recuperarse, hacer frente y adaptarse a situaciones desfavorables o estresantes". Los mismos principios se aplican también a las organizaciones. Una función de gestión de riesgos adaptable es fundamental para que una organización pueda resistir el impacto de una crisis y recuperarse con autoridad.

Las cualidades clave de un programa de gestión de riesgos resistente incluyen:

  • Fortaleza: Fortaleza ante la adversidad y capacidad para absorber las perturbaciones.
  • Redundancia: Sistemas de reserva y exceso de capacidad para apoyar el mantenimiento de la funcionalidad básica en caso de perturbación.
  • Flexibilidad: Capacidad para adaptarse en una crisis, ingenio para responder adecuadamente y apertura para transformar un acontecimiento negativo en una oportunidad positiva.
  • Movilización: Preparación para responder rápidamente ante una crisis.
  • Readaptación: Capacidad para recuperar cierto grado de normalidad tras una crisis y aprender de la experiencia.

De la defensa al ataque

Mientras que antes los gestores de riesgos se centraban en un sólido juego defensivo basado en la identificación de riesgos y la rápida respuesta a los incidentes en cuanto se producían, los profesionales de hoy deben dominar ahora una serie de estrategias ofensivas. Tienen que anticiparse a la posibilidad de que se produzcan alteraciones de gran alcance en la plantilla, las operaciones, los ingresos, las cadenas de suministro, etc., y pivotar instantáneamente para adaptarse a unas condiciones que cambian a la velocidad de la luz. La necesidad de una ofensiva fuerte contra perturbaciones inesperadas de todo tipo y en cualquier momento ha elevado el valor y la prominencia de la función de gestión de riesgos organizativos.

El cambio sísmico de la defensa al ataque puede atribuirse a dos factores principales:

  • Velocidad del riesgo: Se refiere a la rapidez con que un riesgo, una vez expuesto, afecta a la empresa. Un buen ejemplo de la velocidad del riesgo es la grave escasez de preparados para lactantes que se produjo en Estados Unidos en 2022. Múltiples problemas contribuyeron a la rápida evolución de la crisis, incluidos los problemas de fabricación que condujeron a la retirada de productos, las interrupciones de la cadena de suministro y distribución, las investigaciones de la OSHA y las limitaciones reglamentarias. Mientras que una crisis de esta naturaleza en el pasado podría haber sido mejor contenida por los profesionales de la gestión de riesgos y rectificada más rápidamente, el rápido ritmo del cambio y el intercambio de información en el mundo de hoy magnificó su impacto inmediato y generalizado.
  • Complejidad del riesgo: Tendencias como la creciente globalización, la rápida evolución de los entornos normativos, la escasez de talentos, las innovaciones tecnológicas, los fenómenos meteorológicos extremos, etc., han creado una complicadísima red de dependencias del riesgo. (Para más información sobre la complejidad del riesgo hoy en día, lea este artículo en la última edición de nuestra revista digital, edge). Fíjese en las repercusiones de largo alcance de la escasez de semiconductores en la industria automovilística y en las reclamaciones de responsabilidad civil de los automóviles: El distanciamiento social provocado por COVID paralizó muchas fábricas de microchips y canales de distribución. También creó una demanda abrumadora de dispositivos electrónicos a medida que la gente pasaba a trabajar y aprender a distancia. El resultado combinado fue la falta de semiconductores para los sistemas de seguridad e infoentretenimiento de los vehículos nuevos y las reparaciones de automóviles. La convergencia de estos problemas, junto con la inflación y otras consideraciones económicas, ha provocado un aumento de los costes en los siniestros de automóviles. Dado que los factores de riesgo están tan interconectados en el complejo panorama actual, los gestores de riesgos deben adoptar ahora una visión más amplia y medidas preventivas para proteger a sus organizaciones.

Preparación para lo que pueda venir

El papel de gestor de riesgos se ha hecho más difícil con los años, pero también mucho más interesante. Los profesionales de la gestión de riesgos están en condiciones de tener un impacto significativo en la organización al abordar una amplia gama de retos operativos. Ya no pueden operar en un silo, sino que deben tener visibilidad y comprender todos los aspectos del negocio.

A continuación se ofrecen recomendaciones para ayudar a los gestores de riesgos a aumentar la resistencia de los programas:

  • Siga los datos para comprender sus exposiciones: No basta con tener una visión a vista de pájaro de la organización. Siga de cerca las cifras para saber dónde se encuentran los riesgos más importantes de la organización, y hacia dónde se dirigen.
  • Garantizar la participación de los directivos: Involucre a los directivos en el proceso de planificación y asegúrese de que aprecian cómo la dirección de la función de gestión de riesgos contribuye a proteger y preparar el futuro de la organización.
  • Contar una historia convincente: En relación con la importancia de garantizar la aceptación, está la capacidad de transmitir la narrativa de la gestión de riesgos de una manera significativa. Los gestores de riesgos deben ser capaces de demostrar que sus esfuerzos benefician a la organización en su conjunto.
  • Siga aprendiendo: Evalúa continuamente y aprende de tus éxitos y de tus errores. Es la forma más segura de construir algo mejor para el futuro.