Continuidad empresarial en un mundo impredecible

13 de diciembre de 2022

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Por David Berrey, Director de Cumplimiento Normativo

Nuestra compleja economía mundial está plagada de incertidumbres. Hoy en día, las empresas deben hacer frente a numerosos factores que escapan a su control y que ponen en peligro su capacidad para desarrollar su actividad con normalidad.

Los últimos años han traído nuevos niveles de volatilidad a un entorno operativo ya de por sí impredecible. A continuación analizaré algunos de los complicados retos a los que se enfrentan las organizaciones y esbozaré las medidas preventivas que pueden adoptar para facilitar la continuidad de la actividad cuando surja lo inesperado.

Escasez de mano de obra e interrupciones de la cadena de suministro

La COVID ha afectado profundamente a muchos sectores de la población activa. El inicio de la pandemia envió a muchos trabajadores a casa, y un número significativo no quiere volver. La gente está reconsiderando sus trayectorias profesionales y sopesando sus prioridades. Además de la Gran Dimisión y la reorganización del talento, algunos trabajadores de más edad (y más cualificados/experimentados) están optando por jubilarse para protegerse de la COVID y otras amenazas para la salud en el lugar de trabajo, en un fenómeno conocido como la "Gran Jubilación".

Muchas empresas tuvieron que despedir a trabajadores durante los paros provocados por la pandemia, pero ahora que la economía ha vuelto a abrirse, se esfuerzan por encontrar personas con las cualificaciones adecuadas para contratar. Los empresarios están recurriendo a fuentes de talento infrautilizadas, como las que se encuentran en lugares remotos, los veteranos del ejército, los jubilados/trabajadores de edad avanzada y las personas con discapacidades o limitaciones que pueden adaptarse razonablemente. La fuerte competencia por una reserva limitada de talentos, unida a las presiones inflacionistas y a la crisis del coste de la vida, ha provocado una demanda de salarios más altos.

En cuanto al tema de la inflación, el aumento de las hipotecas, los préstamos, las facturas de servicios públicos y otros gastos han hecho que la estabilidad laboral sea más cuestionable. Como hemos visto recientemente en el sector tecnológico, las empresas están llevando a cabo despidos y desarrollando eficiencias internas en apoyo de sus propias batallas contra la inflación. Por ello, los empleados pueden estar menos dispuestos a cambiar de organización o sector, y optar por permanecer en su empresa actual.

Estos y otros cambios en la población activa han provocado escasez de mano de obra en sectores clave, como la fabricación y el transporte marítimo. Los problemas de personal afectan directamente al volumen de suministro de bienes y al tiempo que tardan los distribuidores y los consumidores en recibirlos. En el sector del transporte marítimo, el transporte por carretera es un punto especialmente delicado; los camioneros de más edad se jubilan y los más jóvenes, tras haber visto las ventajas del trabajo flexible durante el COVID, están menos dispuestos a comprometerse a alejarse de sus familias durante periodos prolongados.

Los problemas del transporte por carretera repercuten en los fabricantes, que dependen de las navieras para transportar las materias primas. La ralentización del transporte marítimo implica retrasos en la fabricación y el transporte de productos acabados. La cadena de suministro puede verse aún más obstaculizada por la desglobalización, ya que algunas regiones optan por satisfacer las demandas de sus mercados locales antes de realizar envíos al extranjero.

Tensiones geopolíticas

La invasión rusa de Ucrania ha suscitado un gran interés por las sanciones económicas, especialmente entre las empresas mundiales. Algunas de estas sanciones son emitidas por gobiernos mundiales, mientras que otras son "autoimpuestas" por organizaciones que buscan distanciarse del conflicto y sus repercusiones. En cualquier caso, las sanciones pueden restringir considerablemente el comercio internacional. Las organizaciones deben examinar si hacen negocios en regiones afectadas por sanciones y cómo lo hacen, e incluso si los fondos con los que están asociadas pueden pasar por bancos que podrían ser sancionados o ya lo son.

El conflicto entre Rusia y Ucrania también ha afectado a la cadena de suministro. Como mis colegas compartieron en el blog, esa zona del mundo suele suministrar materias primas a la industria automovilística mundial y produce piezas de automóviles, como mazos de cables, que son esenciales para el proceso de fabricación. Esto ha contribuido al aumento del coste de los siniestros de automóviles. Es sólo un ejemplo del impacto de largo alcance que las tensiones geopolíticas en una región pueden tener en nuestra economía mundial interconectada.

Mitigación y gestión de riesgos

Cuando acontecimientos fuera de lo común amenazan con interrumpir el flujo normal de la actividad empresarial, las organizaciones deben hacer balance de las cosas que pueden controlar. Mejor aún, deben establecer procesos de continuidad de negocio mucho antes de que se produzcan las interrupciones.

Como se indica en los principios bien establecidos de la gestión de riesgos, el primer paso es la identificación de riesgos. En previsión de las interrupciones que puedan surgir, las organizaciones deben identificar a sus proveedores críticos y llevar a cabo una diligencia debida robusta en cada uno de ellos. Es importante conocer y documentar cuánto tiempo llevan operando, dónde están ubicados, su enfoque de negocio, a qué dan prioridad en caso de interrupciones del suministro y sus capacidades de continuidad de negocio.

Además, las empresas internacionales deben disponer de herramientas sólidas para supervisar las sanciones, así como de un conocimiento profundo de la forma en que las sanciones en diversas regiones pueden afectar a las operaciones. Vigilar la cobertura negativa de los medios de comunicación sobre los proveedores clave y sus sectores de mercado también ayuda a identificar y mitigar los riesgos.

Cuando las condiciones adversas pasan de amenazas potenciales a reales, es el momento de activar los planes de continuidad de negocio. Los esfuerzos para gestionar los riesgos que plantean los retos de la situación pueden incluir el doble abastecimiento de materiales y servicios para garantizar la disponibilidad, la realización de revisiones periódicas con los proveedores críticos para promover el entendimiento mutuo, y el alejamiento de las actividades empresariales y las asociaciones que no estén en consonancia con la ética, los valores y las directrices normativas de la organización.

Me hago eco de la astuta observación de mis colegas en nuestra revista digital Edge de que la mejor manera de gestionar la imprevisibilidad y los riesgos del mañana es desarrollar e invertir hoy en asociaciones a largo plazo. Las relaciones sólidas con socios culturalmente compatibles siempre resultan inestimables para capear las tormentas de incertidumbre.

> Leer más - lea sobre nuestras soluciones que apoyan la continuidad del servicio y la vuelta a la actividad, incluida la gestión de siniestros por interrupción de la actividad, programas de lucha contra el fraude, servicios de contabilidad forense y soluciones para siniestros inmobiliarios.