Volver a lo básico en salud pública

7 de abril de 2023

Un médico muestra su historial a un hombre.
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El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, una fecha dedicada a concienciar sobre cuestiones de salud pública. Desde mi experiencia como médico y mi papel en Sedgwick apoyando a nuestro equipo de atención médica gestionada y asesorando en casos complejos de indemnización de trabajadores, he tenido un asiento de primera fila para observar cómo descuidar la salud afecta profundamente a la calidad de vida. Entre otras cosas, una mala salud general puede dificultar la recuperación de virus como el COVID-19, lesiones y otros acontecimientos adversos para la salud. En este Día Mundial de la Salud, me gustaría destacar algunas cuestiones fundamentales de salud pública que me apasionan y que deberían merecer nuestra atención durante todo el año.

Alimentación sana

El acceso a alimentos nutritivos es uno de los muchos determinantes sociales de la salud, es decir, los factores no médicos de la vida de una persona que afectan a su salud. Comer los alimentos adecuados, especialmente durante los primeros años, es fundamental para un desarrollo físico y mental saludable. La falta de acceso a alimentos ricos en nutrientes puede repercutir negativamente en el estado de salud a medida que se envejece. Para muchos de nosotros, la imagen que tenemos en la mente del hambre y la inseguridad alimentaria es la de las partes menos desarrolladas del mundo; lamentablemente, millones de personas en naciones prósperas como Estados Unidos también se enfrentan a la inseguridad alimentaria.

Según Feeding America, más de 34 millones de personas en Estados Unidos -entre ellas 9 millones de niños- padecen inseguridad alimentaria. El número de estadounidenses que acudieron a bancos de alimentos y programas comunitarios en busca de ayuda para llevar comida a la mesa se disparó a 53 millones en 2021, en gran parte debido al desempleo y otros factores económicos asociados a la pandemia. Además, más de 2 millones de estadounidenses viven en desiertos alimentarios, o zonas donde los supermercados son en gran medida inaccesibles sin transporte privado. Los comestibles que se venden en los desiertos alimentarios suelen ser más caros, lo que los pone fuera del alcance de las personas con bajos ingresos. La inflación y el aumento del coste de los productos de consumo han agravado el problema. A menudo, en los desiertos alimentarios sólo hay alimentos procesados y envasados.

Incluso quienes tienen fácil acceso a alimentos frescos tienen dificultades para tomar decisiones dietéticas inteligentes. El ritmo acelerado de la sociedad actual se presta a la gratificación instantánea y a comer sobre la marcha, y las opciones rápidas y fáciles no suelen ser las más saludables. Los malos hábitos alimentarios (junto con la falta de actividad física, como se describe a continuación) contribuyen en gran medida al aumento de la diabetes, la obesidad y otras enfermedades.

Colectivamente, debemos esforzarnos más por poner alimentos frescos y sanos al alcance de todos, así como por educar a la población sobre la importancia de una alimentación inteligente. Los programas de agricultura comunitaria en los desiertos alimentarios urbanos están empezando a surtir efecto, pero aún nos queda mucho camino por recorrer.

Mantenerse activo

Ahora que tantos trabajadores desempeñan sus tareas delante de una pantalla, sin apenas trabajo físico, millones de personas en todo el mundo llevan un estilo de vida cada vez más sedentario. Según la Fundación del Corazón, más del 25% de los adultos estadounidenses pasan sentados más de ocho horas al día. Esto ralentiza el flujo sanguíneo (aumentando el riesgo de coágulos y enfermedades cardiacas), favorece la resistencia a la insulina (aumentando el riesgo de diabetes y obesidad) y dificulta el procesamiento de las grasas por parte del organismo.

Las cuarentenas de la era COVID, la transición indefinida de los puestos de trabajo de oficina a distancia y la facilidad para recibir artículos en la puerta de casa han hecho que muchos adquieran el hábito de salir de casa con menos frecuencia. A menudo oigo decir que "estar sentado es el nuevo tabaquismo", la última epidemia de salud pública a la que debemos hacer frente.

Para superar estas tendencias nocivas, es fundamental que incluyas pausas de actividad en tu horario y en tu vida. (Si puedes hacer alguna de tus pausas de movimiento al aire libre y tomar aire fresco al mismo tiempo, ¡aún mejor!). Cuando sea apropiado, considera la posibilidad de escuchar una conferencia telefónica o un seminario web mientras das un paseo. Levántate de la silla cada hora aproximadamente. Busca en Internet sugerencias de estiramientos y "microejercicios" que puedas hacer en tu puesto de trabajo. Existen numerosas aplicaciones móviles que pueden guiarte, e incluso te recordarán cuándo es el momento de hacer una pausa para moverte. Encuentra una rutina que te funcione y que puedas llevar a cabo con constancia.

Asistencia sanitaria frente a asistencia por enfermedad

Lamentablemente, las visitas periódicas al médico suelen terminar una vez terminadas las vacunas infantiles. Muchos adultos solo acuden al médico cuando están enfermos o tienen dolor.

Al equiparar erróneamente la atención sanitaria con la atención al enfermo, las personas pierden la inestimable oportunidad de aprender de un profesional experto y capacitado cómo estar bien y los comportamientos saludables que pueden ayudarles a mantenerse bien. La atención sanitaria de calidad debe centrarse en el bienestar integral del paciente, pero a menudo se centra más en el tratamiento de la enfermedad que en la persona. Establecer una sólida relación médico-paciente requiere una inversión sostenida de tiempo, y muchos pacientes buscan soluciones rápidas y sencillas para sus dolencias. Aunque hay ocasiones en las que la medicación está justificada, no debería ser necesariamente la primera línea de defensa.

Múltiples estudios han identificado una alta prevalencia de personas que evitan o retrasan la atención médica -especialmente las visitas al médico, las revisiones dentales y los exámenes preventivos- debido a preocupaciones relacionadas con la COVID. Con los mayores riesgos de COVID a nuestras espaldas, ahora es el momento de ir a ver a su médico (o reunirse con él a través de la telesalud) y recuperar una mamografía, colonoscopia u otro cribado que pueda haberse saltado durante la pandemia. Su salud puede muy bien depender de ello.

Principales conclusiones

En este Día Mundial de la Salud, he aquí algunas cosas importantes y prácticas que espero que asuma:

  1. Busque alimentos frescos, nutritivos e (idealmente) cultivados localmente.
  2. Si puedes, ayuda a que esas opciones sean más asequibles contribuyendo a organizaciones como Feeding America, Action Against Hunger o tu banco de alimentos local o programa agrícola comunitario.
  3. Añada pausas regulares de actividad a su rutina diaria.
  4. Deje de posponer las cosas y programe ese examen físico, esa cita con el dentista o esa revisión preventiva que ha estado posponiendo.

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