Mucho tiempo después de su uso, persisten los riesgos para la salud de los materiales que contienen amianto

18 de agosto de 2023

Un trabajador con traje para materiales peligrosos empujando un objeto grande.
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Puede resultar difícil de creer, dado que ahora está prohibido debido a su impacto adverso en la salud humana, pero el amianto fue considerado en su día un "mineral milagroso". Dado que el amianto está disponible en abundancia y tiene algunas propiedades útiles desde el punto de vista industrial, fue muy popular en la construcción comercial y residencial durante la mayor parte del siglo XX. De hecho, no se prohibió completamente en los productos de construcción de EE.UU. hasta 2019.

Cuando una estructura construida entre 1900 y 1990 sufre daños -debido a una fuga, un desastre natural u otro siniestro- es muy probable que se descubra la presencia de amianto durante el proceso de limpieza, demolición o reparación. Para proteger el bienestar de los ocupantes del edificio y de los equipos de trabajo tras el siniestro, las zonas dañadas deben ser inspeccionadas y tratadas con cuidado por profesionales cualificados que puedan mitigar eficazmente los riesgos potenciales. En este blog, analizaré las propiedades y los efectos del amianto sobre la salud, así como el importante papel que desempeñan los especialistas expertos a la hora de limitar las exposiciones peligrosas, controlar los costes y garantizar el cumplimiento de la normativa cuando un siniestro de daños materiales afecta al amianto.

¿Qué hizo tan popular al amianto?

El amianto es una sustancia cristalina ligera que se encuentra en la naturaleza y puede extraerse. Es resistente al fuego y a muchos productos químicos, insoluble en agua, un buen aislante eléctrico y tiene una alta resistencia a la tracción (lo que significa que puede soportar fuertes estiramientos y tirones sin romperse). Sus largas fibras son flexibles y algunas pueden incluso tejerse. Los expertos calculan que el amianto tiene más de 2.000 usos distintos.

Su resistencia y durabilidad lo hacían perfecto para su uso en la construcción, desde baldosas para suelos y techos hasta paneles de yeso, aislamientos, revestimientos, juntas, tejas para tejados, conductos y mucho más. Como consultor medioambiental, a menudo me preguntan en qué parte de un edificio puede encontrarse amianto. La respuesta es: en todas partes.

Por qué es tan perjudicial

El uso del amianto cayó en desgracia y fue objeto de una fuerte regulación cuando salieron a la luz sus efectos nocivos y duraderos para la salud. Las cualidades que contribuyeron a la popularidad del amianto para la construcción son las mismas que lo hacen tan perjudicial para las personas; es muy resistente y, por tanto, no se descompone en el organismo.

Los materiales que contienen amianto pueden liberar partículas y fibras al aire cuando se alteran o dañan. Si se inhalan, esas partículas quedan atrapadas en el cuerpo y pueden provocar cáncer de pulmón, mesotelioma (cáncer poco frecuente en el fino revestimiento de los pulmones y otros órganos), asbestosis (enfermedad pulmonar crónica y dificultad para respirar) y otros problemas de salud graves. Estas afecciones pueden desarrollarse muchos años después de la exposición. Aproximadamente 10.000 estadounidenses mueren cada año por enfermedades relacionadas con el amianto.

Debido a la gravedad de estos riesgos, la manipulación del amianto está muy regulada. A nivel federal, la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) y la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) han establecido normas relativas a la seguridad del amianto. Múltiples estados y municipios de EE.UU. tienen sus propias normativas relacionadas con la formación y las licencias de los profesionales que trabajan con amianto, los criterios de control del aire y otros factores. Dado que los requisitos varían según el lugar, los consultores de amianto con licencia deben familiarizarse con los matices jurisdiccionales y supervisar continuamente el panorama normativo en busca de actualizaciones.

Cómo identificar el amianto y qué hacer a continuación

La fecha en que se construyó un edificio puede indicar el uso de amianto en su construcción, pero sólo el muestreo de materiales y las pruebas de laboratorio pueden determinarlo con certeza. Éstas deben ser realizadas siempre por un consultor medioambiental autorizado. Sobre la base de su formación, experiencia profesional y conocimiento de las normas y reglamentos vigentes, pueden determinar la mejor forma de proceder para la eliminación. Las opciones incluyen mantener los materiales que contienen amianto en su lugar, retirarlos, encerrarlos, encapsularlos o alguna combinación de los mismos. La cantidad de amianto, su estado, ubicación, probabilidad de alteración y el momento de la eliminación son factores críticos para tomar decisiones informadas sobre la eliminación.

Muchos asumen que el amianto debe eliminarse de una estructura para que sea segura. Pero no siempre es así, y esa suposición puede costar a los propietarios de edificios y empresas miles de dólares en costes de reducción innecesarios e interrupciones de la actividad. A menudo, los materiales que contienen amianto pueden permanecer intactos y es más seguro no tocarlos que cortarlos o retirarlos.

A modo de ejemplo: Mi equipo de EFI Global fue contratado para un siniestro por daños causados por el agua en un centro sanitario que estaba cubierto por una importante aseguradora. Una empresa nacional de retirada de amianto había inspeccionado el lugar del siniestro, detectado la presencia de amianto y propuesto la retirada de todo el revestimiento de yeso de las paredes de un ala del edificio. El trabajo se presupuestó en más de 300.000 dólares y se estimó en 15 días de trabajo. Posteriormente, uno de nuestros consultores expertos en medio ambiente llevó a cabo una investigación exhaustiva y determinó que se necesitaba mucho menos trabajo para garantizar la seguridad de las instalaciones. Recomendamos un corte por inundación de 60 cm en la mayoría de las zonas afectadas por los daños causados por el agua y calculamos que la eliminación del amianto costaría unos 10.000 dólares, incluidos los gastos de eliminación y las pruebas posteriores a la eliminación. Nuestros esfuerzos ahorraron a nuestro cliente asegurador una cantidad significativa de dinero en el siniestro y evitaron al asegurado más molestias y trastornos de los necesarios.

Es importante tener en cuenta que los intereses de los consultores medioambientales y los contratistas de reducción no siempre están alineados. Recurrir a los profesionales expertos adecuados en el momento oportuno puede controlar los costes de las reclamaciones al tiempo que se garantiza la seguridad y el pleno cumplimiento de la normativa.

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Etiquetas: salud, salud y seguridad, problemas de salud