Incidente con el cuadro Los girasoles de Van Gogh: ¿Aumentan las amenazas contra las obras de arte?

21 de octubre de 2022

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Por Michel Honoré, directeur national vol fine art and factory, major and complex fine art and specie, Certifié EEA Vol FUEDI, Sedgwick France

El famoso cuadro de Vincent Van Gogh, titulado "Girasoles", fue objeto de un intento de acto vandálico el 14 de octubre de 2022 en la National Gallery de Londres, cuando dos activistas lo rociaron con el contenido de latas de sopa delante de una cámara.

Protegido por un cristal, el lienzo en sí no fue tocado, y sólo el marco de la obra resultó ligeramente dañado. Este incidente, que se difundió inmediatamente en las redes sociales, ¿es indicativo de un aumento de las amenazas a las obras de arte, o se trata de una fechoría aislada?

¿Se puede cuantificar el número de daños sufridos por las obras de arte expuestas al público?

Los actos de vandalismo no son inusuales en los museos, pero rara vez se les da publicidad. Los incidentes suelen consistir en daños mínimos llevados a cabo discretamente por un individuo que aprovecha la ausencia del vigilante para cometer su fechoría. Dejar su rastro en una obra de arte no siempre es un acto premeditado. A veces, los daños pueden descubrirse varios días después. Como la mayoría de las veces los museos nacionales son sus propios aseguradores de sus colecciones, estas fechorías no se denuncian y no se presenta ninguna denuncia para identificar al vándalo. Por lo tanto, es difícil calcular las estadísticas.

¿Por qué afecta a los museos el aumento de los actos vandálicos?

El desarrollo de las redes sociales permite retransmitir en directo actos vandálicos, como el ataque al cuadro de los Girasoles o a la Mona Lisa en mayo de 2022. Nos encontramos así ante actos de intentos deliberados de degradación con carácter mediático. Se atenta contra las obras de arte por el simbolismo que representan y, en el caso del cuadro de los Girasoles, por su inestimable valor. Desgraciadamente, puede que sólo estemos al principio de esta forma de activismo.

¿Cómo se protegen estos cuadros?

En cuanto al cuadro de Van Gogh, como en el caso de la Mona Lisa, cabe esperar que los activistas eligieran estas obras emblemáticas sabiendo que estaban protegidas por cristal. La Mona Lisa no sufrió ningún daño. En cuanto al cuadro de Van Gogh, sólo el marco sufrió daños menores que pueden restaurarse con relativa facilidad. Si esta obra no hubiera estado protegida por cristal, suponiendo que hubiera existido un barniz protector, se habrían limitado en gran medida los daños dada la rápida intervención de un restaurador. La capa pictórica no habría resultado dañada.

No fue así, sin embargo, con el lienzo blanco del pintor estadounidense Cy Twomby, dañado por un beso de carmín en julio de 2007 en Aviñón (Francia). La restauración fue casi imposible, a pesar de un compromiso financiero de más de 33.000 euros. La autora, una joven camboyana, había sido multada por la restauración del cuadro.

Las laceraciones son más difíciles de recuperar; la restauración de "La ronda de noche" de Rembrandt en 1975 fue larga, y el cuadro volvió a ser atacado con ácido en 1990. Así pues, los daños dependerán también de la toxicidad de las sustancias utilizadas en la capa pictórica.

¿Qué consecuencias tienen estos ataques sobre el valor de estas obras emblemáticas?

La probabilidad de que la restauración pueda verse afectada es directamente proporcional a la pérdida de valor. Otros factores que influyen son el estado del cuadro antes del siniestro, cuántas restauraciones se han realizado anteriormente y las técnicas empleadas. También debe tenerse en cuenta la notoriedad del artista.

Si muchos actos de malicia están relacionados con vándalos de poca monta sin objetivos específicos, o activistas que buscan cobertura mediática, hay que tener en cuenta una última categoría: los artistas entre sí. Así, en la Art Basel de Miami, en diciembre de 2019, la "Banana" de Maurizio Cattelan, una simple fruta pegada a una pared, fue devorada delante del público por el artista David Datuna. Esta obra acababa de ser vendida por 120.000 dólares. ¿Debemos llamar a esta puesta en escena vandalismo o performance de un artista? Se pegó una nueva pieza de fruta al lienzo, sugiriendo que la travesura no tenía importancia.

Por último, subrayemos que, en el plano artístico, el tema no es nuevo, ya que Pierre Bonnard (1867-1947) fue sorprendido por el conserje del Museo del Luxemburgo mientras pintaba sobre un cuadro expuesto ¡que resultó ser suyo! Quería retocar subrepticiamente ciertos detalles de su obra de juventud.

El ataque al cuadro de los Girasoles es otro recordatorio de las crecientes amenazas que pesan sobre las obras de arte. Sedgwick está bien posicionada para ayudar a reducir riesgos, restaurar obras de arte y proporcionar valoración financiera de objetos y cálculo de costes de incidentes. Para más información, lea nuestro folleto sobre obras de arte.