Tras unos años tumultuosos, muchos de los retos logísticos y de fabricación que han asolado las cadenas de suministro mundiales empiezan por fin a estabilizarse. Una tendencia desafortunada que no se ha estabilizado es el robo de mercancías. Con la persistente inflación y otras presiones económicas, los estafadores siguen sustrayendo artículos de los contenedores de transporte -y robando contenedores enteros- para aumentar sus ingresos y contrarrestar la persistente escasez. Este blog explorará las últimas tendencias en robo de carga, destacará datos recientes del mercado norteamericano y profundizará en la investigación de las pérdidas por robo de carga.
Lo que está de moda
Cuando se trata de cargas robadas, observamos dos tipos principales de actividad:
- Hurto: Por lo general, se trata de delitos de oportunidad poco sofisticados y de escaso valor. La gente ve contenedores ociosos en trenes o camiones o en almacenes y coge lo que puede. Dos factores que han creado mayores oportunidades para los "atracos ferroviarios" y otros hurtos en los últimos años son el aumento de las compras en línea y el transporte de mercancías relacionado con ellas, y los retrasos en la carga que asolaron los depósitos ferroviarios y los puertos de embarque durante la pandemia de COVID.
- Delincuencia organizada: Se trata de delitos más sofisticados y planificados que requieren la cooperación de alguien con información privilegiada a lo largo de la ruta de tránsito. Los delincuentes hacen todo lo posible por identificar cargamentos valiosos, como productos electrónicos y farmacéuticos, falsificar licencias y documentos de embarque, y crear líneas de camiones falsas y otros sistemas de engaño para huir con la mercancía. Si los planes se ejecutan bien, los cargadores y propietarios legítimos pueden tardar días en darse cuenta de que les han robado un contenedor.
Los delincuentes están familiarizados con las vulnerabilidades del sistema de tránsito actual, incluida la insuficiente seguridad. La carga transportada por vía aérea está bien protegida por el personal y las políticas de seguridad de los aeropuertos, por lo que los ladrones saben que el transporte terrestre es una apuesta más segura. Además, en los últimos años, la escasez de mano de obra ha dejado a los puertos marítimos, las estaciones ferroviarias y otros depósitos de tránsito con una dotación de personal inadecuada, lo que significa que los contenedores permanecen inactivos y sin vigilancia durante más tiempo del que deberían. Un tercer factor es el número de transferencias necesarias para llevar la carga del punto A al punto B; varios agentes logísticos y subcontratistas manipulan los contenedores a lo largo de su viaje, y cada transferencia debilita la seguridad de los eslabones de la cadena de suministro.
Además, existe un movimiento creciente en algunos estados para despenalizar los pequeños hurtos por debajo de determinados valores en dólares, con el fin de combatir el aumento de las tasas de encarcelamiento. A algunos aseguradores les preocupa que la falta de consecuencias pueda animar a más personas a robar pequeñas cantidades de carga.
En cifras
Los datos de siniestros de transporte marítimo de mercancías administrados por Sedgwick se corresponden con tendencias más generales. Según CargoNet, una base de datos centralizada estadounidense y un sistema de intercambio de información gestionado por analistas de la delincuencia y expertos del sector, el año pasado se registraron un total de 1.778 incidentes en la cadena de suministro en Estados Unidos y Canadá, lo que supone un aumento del 15% con respecto a 2021. Se estima que en 2022 se robaron 223 millones de dólares en carga en ambos países. Alrededor de la mitad de eso ocurrió en los tres estados más atacados: California, Texas y Florida; el robo en California aumentó año tras año en un 41%. El valor medio de los eventos de robo de carga en 2022 fue de más de 200.000 dólares, lo que indica mucho más crimen organizado que hurto.
Los lugares más habituales de robo fueron almacenes/centros de distribución, aparcamientos y paradas de camiones. Los ladrones se llevaron con más frecuencia artículos del hogar, una categoría diversa que incluye electrodomésticos, muebles, herramientas, juguetes y otros artículos. La electrónica y los alimentos/bebidas fueron la segunda y tercera categorías más robadas. Cabe destacar que el robo de ordenadores descendió un 37% con respecto a 2021, pero el robo de televisores y otras pantallas casi se duplicó. Los vehículos y sus accesorios, los materiales de construcción y los artículos comerciales e industriales también fueron objetivos frecuentes de robo en 2022.
Investigación de atracos a cargamentos
Independientemente de si las mercancías son robadas de un barco, tren, camión o almacén, las pérdidas de carga que se producen en tránsito suelen estar cubiertas por las pólizas de seguro marítimo. Los transportistas para los que Sedgwick se encarga de las investigaciones marítimas acuden a nosotros para que les ayudemos a establecer la responsabilidad en el momento de los sucesos de robo (si podemos determinar que la negligencia de alguno de los agentes logísticos o subcontratistas provocó el robo, entonces deben asumir la responsabilidad de la pérdida), así como para recuperar las mercancías robadas y reducir el riesgo de pérdidas futuras.
Los siniestros de robo de carga brindan a nuestros investigadores marítimos la oportunidad de ponerse el sombrero de detective. Colaboramos estrechamente con las fuerzas de seguridad para localizar la carga robada y encontrar a los responsables. Nuestros investigadores visitan la última ubicación conocida de la mercancía y trabajan para reunir pruebas que permitan identificar a los ladrones y/o a los responsables de negligencias en el proceso de manipulación de la carga. Esto puede incluir la toma de fotografías, la búsqueda de grabaciones de seguridad y la comprobación de la validez de los documentos de embarque y los permisos de conducir pertinentes.
He aquí un ejemplo: Recientemente participé en un siniestro en el que un contenedor lleno de televisores fue robado del depósito de una empresa de camiones de Texas, a sólo un kilómetro y medio de la vía férrea por la que había llegado. Me enteré por el propietario del depósito de camiones de que la puerta principal estuvo cerrada durante las tres horas en que se produjo el robo, lo que significaba que había alguien que conocía el código de seguridad. Dos días después, un investigador privado encontró el contenedor robado, vacío (resultó que la carga se había llevado a México). Gracias a nuestra colaboración en la investigación, descubrimos un vídeo en el que se veía cómo se cargaba la mercancía en un camión de caja blanca y se reproducía ilegalmente el logotipo de la empresa de transportes en el lateral del camión. En un par de semanas, uno de los empleados de la empresa fue detenido por su participación en la ejecución de este trabajo interno y de varios otros. Nuestra intervención contribuyó a sacar de las calles a un grupo de delincuencia organizada y a mitigar futuras pérdidas.
Si el equipo marítimo de Sedgwick puede ayudarle con cualquier investigación de robo de carga, no dude en ponerse en contacto conmigo.
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