Nuevas soluciones de ingeniería para pérdidas complejas

5 de abril de 2023

Una escultura ornamentada de una mujer.
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Puede que la oleada de ataques activistas contra obras de arte en los principales museos europeos el año pasado se haya calmado, pero el vandalismo nos recuerda que incluso los objetos más frágiles de la historia están constantemente expuestos a amenazas. Sedgwick está bien posicionada para ayudar a reducir esos riesgos y proporcionar una valoración financiera de los objetos y el cálculo del coste de los incidentes cuando se descubren daños.

Afortunadamente, los activistas que atacaron "Los Girasoles" de Van Gogh en octubre y la Gioconda en mayo nunca llegaron a los lienzos reales de las obras, ya que ambos están protegidos tras un cristal. Sólo el marco de "Girasoles" resultó ligeramente dañado.

Puede sorprender que los actos de vandalismo contra obras de arte de museos no sean infrecuentes, sólo que rara vez se les da publicidad. Como escribimos con motivo del incidente de los "Girasoles", puede ser difícil cuantificar el número de siniestros o el alcance de los daños porque los museos nacionales son a menudo los aseguradores de sus propias colecciones, por lo que estos actos pasan desapercibidos en la esfera pública.

Del mismo modo, las tendencias en el ámbito inmobiliario apuntan a que se están produciendo pérdidas en los segmentos alto y bajo del mercado, cuyos agentes operan ocultos a la vista, una red de agentes literales cuyas identidades pueden ser desconocidas, pero cuyas acciones están dejando huella.

¿Dónde se producen las mayores pérdidas?

En la gama alta, aumentan los robos por encargo. Los ricos quieren obras de arte que no están a la venta, así que encargan a alguien que se las consiga. Estos siniestros no son muy distintos de los robos de obras de arte que se ven en las películas, aunque pueden ocurrir a menor escala (y presumiblemente con mucho menos dramatismo).

Dado que la mayoría de las obras de arte de los museos están protegidas por indemnizaciones públicas (son demasiado valiosas para asegurarlas), estas pérdidas se notifican con la máxima discreción y es poco probable que el público sepa que la obra ha desaparecido. Una vez que la obra ha sido sustraída, puede permanecer indefinidamente en una serie de lugares protegidos, como un superyate en aguas internacionales, lo que hace prácticamente imposible localizarla.

En el otro extremo del espectro -de hecho, muy a menudo a pie de calle- se encuentran los siniestros de envío. Estos siniestros, que se tramitan tanto en el mercado comercial como en el residencial, son los más frecuentes para los equipos de grandes siniestros y siniestros complejos de Sedgwick. Los siniestros de envío pueden adoptar la forma de mercancías entregadas dañadas o artículos perdidos de camino a su destinatario.

Ahora que el trabajo desde casa es la nueva normalidad, el repunte de las entregas a domicilio de la época de la pandemia se mantiene. Es lógico que esta demanda, espoleada por las promesas de los transportistas de entregas en dos días (a veces en el mismo día), provoque pérdidas ocasionales. Pero si se tiene en cuenta que la mayoría de estas entregas las realizan personas con reservas de energía limitadas, que recorren densos entornos urbanos en camión y a pie durante largos turnos, las pérdidas parecen casi inevitables.

¿Cuáles son las soluciones?

Desde el punto de vista de la tramitación de siniestros, es difícil diseñar nuevas soluciones para las pérdidas mencionadas: el daño ya está hecho. Se propondrá una solución una vez que se haya producido el siniestro, después de que el perito haya completado su evaluación e identificado la mejor forma de ayudar al cliente.

Sin embargo, puede ser útil pensar en medidas preventivas que puedan aplicarse a una situación o a unas condiciones de trabajo para ayudar a minimizar la posibilidad de que se produzcan siniestros. Se trata de soluciones de ingeniería inversa para siniestros complejos.

La concienciación sobre los riesgos potenciales y la vulnerabilidad de los activos puede impedir que un siniestro se agrave o detenerlo por completo. Por ejemplo, es poco probable que las aseguradoras se muestren favorables a una reclamación por obras de arte robadas si no se han adoptado medidas de seguridad formales. (Sabemos que los museos están aplicando más medidas de seguridad en la actualidad, incluido un mayor uso de tecnología como cámaras de acceso remoto; lo mismo se aplica a los particulares con grandes patrimonios en sus hogares). Un estudio de riesgos previo puede tener en cuenta el número de guardias de seguridad en las proximidades de la obra de arte. Si la obra se va a presentar en un evento de una noche o en una exposición especial, quizá la presencia de un representante de Sedgwick in situ sea la solución más estratégica para el control de pérdidas.

Los siniestros de envío suelen tener una línea divisoria más clara entre la causa y el efecto del siniestro, sobre todo cuando la reclamación principal es por manipulación indebida. Las agendas apretadas hacen que sea difícil estar disponible cuando llega un paquete, pero esta es una solución que el paquete que se lanza a puerta cerrada. Otra consideración es dialogar con las aseguradoras sobre el lenguaje del riesgo en sus pólizas de siniestro y cómo está redactado. Tal vez haya que hacer hincapié en la manipulación indebida, es decir, el riesgo que corre el conductor o el mensajero.

La pérdida como interconexión

A partir de estos enfoques situacionales de la prevención de siniestros materiales, nos hacemos una idea de la naturaleza interconectada de los siniestros y de lo que los hace tan complejos. Atribuir una entrega mal hecha a un conductor con exceso de trabajo es plantear la preocupación por la escasez de conductores, que incorpora temas que vemos actualmente en la cadena de suministro, concretamente en el sector del transporte de mercancías. ¿Qué problema resolver primero?

A escala mundial, la falta de personal formado seguirá perjudicando más que beneficiando a las empresas, a sus clientes y a quienes sufren siniestros. Conducir un camión no es un trabajo fácil; estar mal pagado por ello es poco motivador. Ahora, supongamos que el camión está cargado con artículos de gran valor. Para este conductor, rápidamente queda claro cuántos pasos y puntos a lo largo de su viaje son necesarios para realizar la entrega sin contratiempos: la presión está servida. No todos los equipos están preparados para manipular obras de arte. No todos los manipuladores de obras de arte pueden conducir el camión.

En el caso de las piezas históricas que no están protegidas bajo un cristal, determinar la exposición al riesgo es clave para su conservación. Es posible solucionar toda una serie de tipos de pérdidas materiales -robo de obras de arte de un museo, lanzamiento de paquetes a la puerta- si se conjugan el personal, la política y la presencia de ánimo.