Autores

Por Laura Oslund, Consultora Senior de Servicios de Riesgos

Cada año, unos dos millones de empleados sufren violencia laboral. 

Aunque la OSHA reconoce que la violencia en el lugar de trabajo es un peligro importante, todavía no existe una norma federal específica que proporcione orientación para prevenirla. Sin embargo, dado que los empleadores pueden ser considerados responsables por no proporcionar un lugar de trabajo libre de peligros reconocidos en virtud de la Cláusula de Deber General, es un tema que no puede ser ignorado. 

Los empresarios tienen la responsabilidad de crear lugares de trabajo seguros y ayudar a sus empleados a responder eficazmente a la violencia laboral y a recuperarse de ella. 

El impacto de la violencia laboral

La violencia en el lugar de trabajo es cualquier acto o amenaza de violencia física, acoso, intimidación u otro comportamiento amenazador que se produzca en el trabajo. Puede afectar a empleados, clientes, visitantes o incluso a personas ajenas al lugar de trabajo. Las víctimas pueden sufrir graves consecuencias, como lesiones físicas, trastorno de estrés postraumático, retraimiento emocional, etc. 

Muchos empresarios y personas dan por sentado que la violencia en el lugar de trabajo no les ocurrirá a ellos. Aunque los empleados de los sectores sanitario, educativo y de servicios corren un riesgo mayor riesgola realidad es que la violencia laboral puede afectar a cualquiera. Esta falsa sensación de seguridad es la causa de que muchos empresarios sigan careciendo de planes de prevención, dejando a sus empleados vulnerables y desprevenidos en caso de que se produzca un incidente.

Hoy en día, los empresarios deben plantearse una pregunta fundamental: Si se les preguntara en una declaración qué hicieron para evitar un fatídico incidente de violencia en el lugar de trabajo, ¿qué responderían? No tener una respuesta clara o un plan de prevención definido que compartir puede tener graves implicaciones legales y éticas. 

El papel de la resiliencia mental

Aunque un sólido plan de prevención de la violencia en el lugar de trabajo puede ayudar a reducir el impacto de la violencia laboral, es sólo una parte de la ecuación. Los empleadores también deben centrarse en fomentar la resiliencia mental, que es la capacidad de adaptarse rápidamente y recuperarse con éxito en tiempos de crisis.

En el contexto de la violencia en el lugar de trabajo, es más probable que los empleados mentalmente resilientes tomen decisiones seguras que les protejan a ellos y a los demás y mantengan su bienestar, productividad y moral tras un incidente. Por el contrario, los empleados que no tienen resiliencia mental pueden entrar en pánico y tomar decisiones arriesgadas o inseguras en un esfuerzo por protegerse únicamente a sí mismos. También es más probable que presenten estrés a largo plazo, baja moral y mayor absentismo tras un incidente.

Los empresarios pueden fomentar la resiliencia mental frente a la violencia en el lugar de trabajo realizando periódicamente cursos de formación y simulacros, fomentando una comunicación sólida, invirtiendo en tecnología de seguridad e incentivando los buenos comportamientos en materia de seguridad. 

Realización periódica de cursos de formación y simulacros

En tiempos de crisis, la gente suele paralizarse o huir sin un plan. Una forma de ayudar a los empleados a combatir este instinto es realizar periódicamente cursos y simulacros de respuesta a la violencia en el lugar de trabajo. 

Aunque los ejercicios de formación teóricos pueden ayudar a los empleados a conocer las respuestas seguras y los distintos recursos de recuperación disponibles tras un incidente, la realización de simulacros prácticos es la forma más eficaz de ayudarles a prepararse. Cuando los empleados participan regularmente en simulacros y practican en un entorno real, crean memoria muscular en torno a su respuesta y acaban convirtiéndola en un hábito. Esto les hace menos propensos a dudar durante un incidente real, ayudándoles a responder rápidamente con claridad y confianza. 

Si es posible, los empresarios también pueden asociarse con las fuerzas de seguridad locales o los equipos de respuesta táctica para que les ayuden con la formación y los simulacros. Pueden guiar a los empleados a través de los planes de respuesta, enseñarles los peligros potenciales y qué esperar cuando llegue la policía, e incluso participar en simulacros de práctica para mayor realismo. Cuando los empleados están preparados para un incidente de violencia en el lugar de trabajo, pueden tomar decisiones más informadas para protegerse a sí mismos y a los demás, y recuperarse con éxito tras el incidente.  

Fomentar una comunicación sólida

La violencia puede ser un tema difícil de tratar, pero evitar la conversación sólo aumenta su riesgo. Reconocer abiertamente el potencial de violencia laboral a todos los niveles y crear un entorno en el que los empleados se sientan cómodos hablando de ello puede ayudar a fomentar una cultura de confianza, responsabilidad y seguridad.    

Cultivar este tipo de cultura empieza en la cúspide. Cuando los directivos comunican claramente que no tolerarán el acoso, la intimidación ni la violencia -y lo respaldan con medidas-, marcan la pauta para el resto de la organización. También indica a los empleados que cualquier preocupación se tomará en serio, por lo que es más probable que hablen cuando algo no les parezca bien. 

Para promover conversaciones abiertas y sinceras sobre la violencia en el lugar de trabajo, los empleados deben saber exactamente con quién pueden hablar y que todo lo que compartan será confidencial. También deben entender que cualquier orden de protección o alejamiento emitida por un tribunal debe ser notificada para que su empresa pueda ayudarles a mantenerse a salvo. Ya se trate de un administrador del programa o de alguien de Recursos Humanos, tener un contacto designado para los problemas de violencia en el lugar de trabajo ayuda a los empleados a sentirse más cómodos hablando y garantiza que todos los informes se traten con prioridad, cuidado y coherencia. 

Una comunicación sólida es importante en el día a día, pero es especialmente crucial durante un incidente. Los empresarios deben disponer de un sistema fiable de comunicación de incidentes y asegurarse de tener siempre actualizada la información de contacto de sus empleados y de sus contactos de emergencia. De este modo, cuando se produzca un incidente, los empresarios dispondrán de un modo de informar rápidamente a sus empleados, dándoles la claridad y la confianza necesarias para responder con seguridad.   

Invertir en tecnología de seguridad  

Cuando un lugar de trabajo dispone de las herramientas adecuadas para detectar la violencia y alertar sobre ella, hay menos confusión cuando se produce un incidente, lo que ayuda a los empleados a tomar decisiones más informadas a la hora de responder.  

Esto empieza por asegurarse de que la tecnología de seguridad existente es plenamente funcional. Por ejemplo, si una empresa utiliza un sistema de comunicación de incidentes, debe realizar pruebas periódicas y formar a los empleados sobre cómo utilizarlo. La tecnología física -como las alarmas, los sistemas de control de acceso y las cámaras- no sólo debe someterse a pruebas rutinarias, sino que debe protegerse de las ciberamenazas para garantizar su funcionamiento en los momentos en que más se necesitan. Además de ser operativos y seguros, los sistemas de cámaras también deben supervisarse activamente, ya que pueden detectar comportamientos sospechosos y ayudar a prevenir la violencia antes de que se desencadene.  

Siempre surgen nuevas innovaciones en materia de seguridad. Desde los botones de pánico portátiles hasta la detección de armas mediante inteligencia artificial, los empresarios deben mantenerse informados y reforzar estratégicamente su tecnología de seguridad a medida que evolucionan las amenazas. Al invertir en las herramientas adecuadas, los empleadores pueden capacitar a sus empleados para tomar decisiones más seguras durante los incidentes de violencia en el lugar de trabajo. 

Incentivar los buenos comportamientos en materia de seguridad 

Reconocer y recompensar los buenos comportamientos en materia de seguridad puede ser una forma eficaz de reforzar la cultura de prevención de la violencia en el lugar de trabajo. Las recompensas no tienen por qué ser cuantiosas: con simples incentivos se puede llegar muy lejos. Por ejemplo, cuando alguien habla sobre un posible problema de seguridad o se presenta voluntario para un grupo de trabajo de prevención de la violencia en el lugar de trabajo, la concesión de una tarjeta regalo puede reforzar su buen comportamiento e inspirar a otros a hacer lo mismo. 

Los empresarios pueden considerar la posibilidad de incentivar la seguridad caso por caso o mediante un programa continuo de recompensas en el que los empleados reciban fichas por mostrar determinados comportamientos, como velar por la seguridad de los demás. Una vez que los empleados reúnen un determinado número de fichas, pueden canjearlas por un artículo de su elección. Cuando se recompensa a los empleados por sus buenas prácticas de seguridad en el lugar de trabajo, es más probable que sigan reproduciendo ese comportamiento y reforzando la resistencia de su organización.  

Construir lugares de trabajo más seguros

Todos los empleados merecen volver a casa sanos y salvos después del trabajo. Aunque la violencia laboral puede producirse en cualquier lugar, los empleadores pueden reducir proactivamente su impacto fomentando la resiliencia mental en toda su organización. Cuando los empleados están mentalmente preparados para hacer frente a la violencia laboral, no solo se sienten más seguros en el trabajo, sino que tienen más probabilidades de responder con eficacia y recuperarse rápidamente si se produce un incidente. 

La resiliencia mental también aporta beneficios más amplios al lugar de trabajo, como una mayor satisfacción laboral, vínculos de equipo más fuertes e incluso menores tasas de seguros para los empleadores. Esto hace que fomentar la resiliencia mental no sea solo una forma de reducir el riesgo y el impacto de la violencia laboral, sino una forma de crear una organización más fuerte, más sana y más conectada. 

En Sedgwick, nuestros equipos de servicios de riesgos ayudan a establecer, implantar y mantener sólidos planes de prevención de la violencia en el lugar de trabajo, amplían la experiencia jurisdiccional y ofrecen tecnología avanzada de mantenimiento de registros de violencia en el lugar de trabajo. Guiamos a nuestros clientes hacia el cumplimiento de la normativa al tiempo que les ayudamos a reducir riesgos y controlar costes. Para Leer más sobre nuestros servicios de seguridad laboral y ergonomía, haga clic aquí.